Washington.— El gobierno de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) informaron ayer a Rusia que no habrá concesiones de ninguna de las dos partes en cuanto a las principales exigencias de Moscú para resolver la crisis en torno a Ucrania. Si bien tendieron la mano de la diplomacia, advirtieron de “graves consecuencias” para Moscú si opta por una invasión a Ucrania.

Estados Unidos y la OTAN hicieron llegar dos respuestas por separado a los rusos en las que se mantuvieron firmes en la política de puertas abiertas de la alianza para la adhesión, rechazaron la petición de prohibir permanentemente que Ucrania se integre a la organización y dijeron que los despliegues aliados de soldados y equipo militar en Europa del este no son negociables. “No hay cambios, no habrá cambios”, aseveró el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.

En medio de la escalada de tensiones por la concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania, la misiva de EU fue entregada en Moscú por el embajador estadounidense en Rusia, John Sullivan, en el Ministerio de Exteriores. Ahora “la pelota está en el campo ruso”, remarcó Blinken, al señalar que Moscú debe decidir si escoge el camino de la democracia o la confrontación. Si bien no quiso detallar el contenido de la carta, consideró que “establece un serio camino diplomático si Rusia lo decide”, y delinea áreas en las que se pueden abordar algunas de las preocupaciones de Rusia, siempre y cuando reduzca las tensiones con Ucrania. Advirtió que Wa-shington está “listo” para imponer sanciones a Rusia que tendrían “graves consecuencias” si opta por la agresión a Ucrania.

El secretario estadounidense informó que espera tener una conversación “en los próximos días” con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, para discutir la posición rusa. Las garantías de seguridad exigidas por Rusia incluyen poner freno a una mayor expansión de la Alianza, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con las antiguas repúblicas soviéticas y la retirada de las tropas y armamentos de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes de 1997.

El secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, indicó que había respondido a Rusia “en paralelo a Estados Unidos (...) Si bien esperamos y trabajamos para una solución buena, la desescalada, también nos preparamos para lo peor”, señaló Stoltenberg.

El viceministro de Exteriores, Alexander Grushkó, declaró sobre las respuestas: “Las leeremos, las estudiaremos. Los socios estudiaron nuestras propuestas durante casi un mes y medio”.

El enviado del Kremlin, Dmitri Kozak, dijo que las conversaciones entre Rusia y Ucrania en París, en pleno recrudecimiento de la tensión en la frontera, “no fueron sencillas” y continuarán con una nueva ronda dentro de dos semanas en Berlín.

Washington sigue preparándose para un escenario de confrontación con la entrega de más material militar a Kiev y la recomendación a sus ciudadanos en Ucrania a abandonar el país ante una potencial invasión. Aun, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, indicó que los informes apuntan a que el posible ataque se produciría de aquí a mediados de febrero. Agencias

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