Miami.- “Mi familia tiene más de 90 años en este lugar y todos los años hemos celebrado las posadas navideñas”, comenta a EL UNIVERSAL Christina Mariscal, propietaria de una de las tiendas más antiguas de Placita Olvera en Los Ángeles, California.
“Imagínate que de los primeros en estar en este lugar fueron -dos de- mis tatarabuelos, con -dos de- mis bisabuelos. Y ya luego estuvo mi papá. Yo salí de angelita guía cuando era niña y ahora también mi hijo salió de angelito también”, cuenta orgullosa Christina.
“Es verdad, el año pasado -2020- no hicimos nada, la pandemia nos tenía encerrados a todos y aunque aún no se acaba, pensamos que era importante este año volver a hacerlas para seguir unidos, ver a muchos que no habíamos visto y sentir que podemos convivir y cuidarnos al mismo tiempo”, comenta Christina.
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“Es muy importante mantener las tradiciones, celebrándolas, recordándolas; y, sobre todo, compartiéndolas. Es por eso que siempre invitamos a todos los que puedan venir, mexicanos, latinos en general y no latinos también. Nosotros también acudimos a otro tipo de celebraciones, de otras comunidades porque eso ayuda a que una comunidad se construya y se fortalezca y debemos apoyarnos y conocernos mejor entre todos. Este 2021 no ha sido tampoco el mejor año, algo pudimos hacer, pero esperamos que el próximo año sea mejor, más normal”.
La Placita Olvera es el lugar más emblemático de la comunidad mexicana en Los Ángeles, California. Una plaza inicialmente fundada por italianos hace más de 100 años; pero los mexicanos que iban llegando se fueron reuniendo cada vez más y más con sus tradiciones y cultura hasta convertir el lugar en lo que hoy es y desde hace muchas décadas.
Sin embargo, la variante ómicron de este 2021 ha traído consigo la llamada cuarta ola de la pandemia, en California, por ejemplo, ya hay registro de más de 40 personas detectadas con esa mutación y se sabe que toda la Unión Americana está amenazada igual que el planeta entero. Esto hizo que varios festejos, especialmente familiares se volvieran a posponer un año más; es por ello que algunas iglesias se ofrecieron para, de una manera segura y ordenada, familias enteras pudieran convivir en términos de seguridad.
“Ha sido una gran experiencia poder volver a celebrar nuestras posadas”, comenta Yolanda Hernández, quien con varias decenas de familias completas, pudieron convivir en la celebración de las posadas organizadas por la Iglesia Católica de San Andres (St. Andrew Catholic Church) ubicada en Danville, Arkansas.
“Lo más bello de todo para mi es ver las caritas y las sonrisas de todos los niños y niñas que participan, felices. Viven momentos inolvidables”.
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“Yo creo que la hora de cuando cantamos los villancicos y cuando le pegan a la piñata son los mejores momentos para ellos -para los niños-”, comenta Rubén Gómez, quien además participó en la procesión cargando a San José. “Yo me acuerdo cuando tenia la edad de ellos -los menores- y mis papás me llevaban a alguna posada -en México- lo divertido que era tirarte a recoger los dulces y ver cuántos te habían tocado. Hoy ya no salen dulces de las piñatas. El coronavirus ha hecho que los dulces los demos en bolsas selladas para que sea seguro y que cada niño tenga su parte y que no compartan por seguridad”.
Otra iglesia que también celebró las posadas fue la Iglesia de Santa Mónica en Dallas, Texas. Bajo la misma premisa de que las familias pudieran mantener la tradición viva y entre todos pudieran cuidarse.
“Nosotros invitamos a los feligreses a venir en determinados horarios -los días de posadas- para asistir a misa, hacer cánticos y también tomar chocolate caliente, comer tamales y sacar fotos en el nacimiento que pusimos”, comenta uno de los acólitos de la iglesia.
“Algunas familias que habían planeado hacer alguna celebración o posada, decidieron ya no hacer nada por lo que está sucediendo con el coronavirus; pero siempre es bueno saber que podían pasar por aquí -por la iglesia- y aunque sea celebrar con cánticos y comiendo cosas típicas”.
Y aunque hubo familias que tuvieron su celebración de una posada, varias familias consultadas comentaron a EL UNIVERSAL que les hubiera gustado hacerla y que esperaban poder hacerla, pero que definitivamente ómicron hizo que desistieran. Ahora no queda más que esperar a ver qué sucede con la pandemia durante 2022 para ver si las cosas cambian para bien de las personas y de las tradiciones.
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