La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicitó la presencia de mil 500 soldados para apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en ingles), con sus responsabilidades administrativas y de esa manera liberar a decenas de agentes fronterizos de esas actividades y que se trasladen a campo para reforzar la detección y detención de migrantes cruzando sin papeles y reforzar también la seguridad en las garitas de entrada.

En la actualidad ya existe la presencia de 2 mil 500 soldados de las fuerzas armadas estadounidenses dando diversos apoyos en la frontera sur con México. En total serán mil 500 más para sumar 4 mil en total; pero este grupo solicitado solo estará 90 días, a menos que sea necesario que se extienda su presencia.

Están, además, los 19 mil agentes de la Patrulla Fronteriza permanentemente desplegados allí en la frontera.

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La decisión busca enfrentar la ola de migrantes que se prevé llegarán a Estados Unidos a partir del 11 de mayo, cuando llega a su fin la norma sanitaria conocida como Título 42 que, con el argumento de la emergencia sanitaria creada por el Covid-19, permite bloquear o expulsar de inmediato a la inmensa mayoría de los migrantes que llegan a la frontera sin visa o documentación requerida para entrar.

Desde que esta norma entró en vigor con la supuesta intención de frenar la pandemia, las autoridades estadounidenses han impedido a migrantes solicitar asilo más de 2.7 millones de veces. Solo en marzo intentaron entrar más de 160 mil.

Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han dicho que están cerca del límite de su capacidad. Para el domingo ya había 18 mil migrantes en centros de procesamiento en la frontera sur. Y la semana pasada, el comisionado Troy Miller de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) dijo que espera que unos 10 mil migrantes crucen a diario la frontera a partir del 11 de mayo.

La Casa Blanca subrayó que los mil 500 efectivos llevarán a cabo “tareas administrativas”, de detección, monitoreo o ingreso de datos. “El personal militar no participará directamente en las actividades de mantenimiento del orden”, dijo Pat Ryder, portavoz del Pentágono.

La noticia no sentó bien entre congresistas demócratas, que compararon a Biden con su antecesor, Donald Trump, señalado por sus políticas represivas.

El influyente senador Bob Menéndez, presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta de Estados Unidos, dijo en un comunicado que “la militarización de la frontera... es inaceptable”. Argumentó que enviar militares a la frontera sólo sirve para hacer parecer a los migrantes “como una amenaza”.

Se quejó de que “la administración ha tenido más de dos años para prepararse para el final de esta política de la era Trump”, y no lo hizo; de que él presentó un plan detallado a la Casa Blanca que fue “ignorado” y de que el gobierno está usando los mismos argumentos “xenófobos” de los republicanos contra los migrantes.

En el mismo sentido, el representante demócrata criticó que se esté enviando al ejército a lidiar con migrantes “vulnerables” y afirmó que “el despliegue militar no reemplaza una reforma migratoria significativa”.

La desinformación entre migrantes

“Ordenar la presencia de soldados en la frontera -con México- no es nuevo, lo hicieron -George W.- Bush, -Barak- Obama y Donald Trump. Lo que sí hace la diferencia es la enorme cantidad de migrantes queriendo entrar -a Estados Unidos” señala a El Universal Enrique Morones, líder comunitario en San Diego, California y fundador de Angeles de la Frontera y Gente Unida. “Hoy la situación es muy tensa, en gran parte, porque los migrantes están muy mal informados sobre lo que pueden hacer y cómo lo deben hacer”.

Uno de los grandes problemas es precisamente la desinformación y los rumores entre los migrantes “que le creen todo lo que dicen a los polleros (traficantes de personas) y no se dan cuenta que solo se van a meter en mas problemas” subraya Morones; “hay mucha confusión entre ellos, no entienden lo que es Titulo 42 o Titulo 8 y las diferencias. Los polleros toman ventaja, les dicen que van a cerrar la frontera y que vayan a pedir asilo, que entren, que se metan; pero la frontera nunca ha estado abierta”.

El efecto político env íspereas de la contienda electoral

La otra cara de la moneda es el ambiente político que comienza a moverse con más y más fuerza en vísperas de la contienda electoral. “Desde 2016 quedó claro con Donald Trump que el migrante, y en especial el mexicano, es una gran moneda política para exacerbar la opinión política de los votantes” dice Francisco Moreno desde Los Angeles, California y quien es Director del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM), “este año no es la excepción y esa solicitud -del presidente Biden- de mil quinientos soldados para reforzar la frontera con México es una manera de comenzar a hacer ruido político a su favor”.

“Ninguno de los dos partidos —demócrata y republicano— quieren realmente resolver esta situación de los migrantes en la frontera”, subraya Enrique Morones. “Cualquiera de los presidentes que han estado y ahora Biden pueden sacar una Orden Ejecutiva modificando la ley de inmigración. ¿Por qué ninguno lo ha hecho? Porque en realidad no les interesa. Prefieren mantenerlos a raya para que sirvan políticamente, como ahora que Biden pide enviar soldados a la frontera ¿cuál es la finalidad?”.

La responsabilidad

“Este problema de la migración desde Sudamérica y Centroamérica saliendo hacia acá -la Unión Americana-, es responsabilidad también de Estados Unidos con su política de armas de fuego y las decenas de pandilleros deportados a sus países donde nacieron, aunque hayan crecido en las calles de Los Angeles o Chicago o Nueva York” dice Enrique Morones.

Para varios líderes hispanos, la mala información comienza precisamente desde sus lugares de origen, “desde donde se los traen cobrándoles una millonada, literal… podrían montar una empresa cada uno” subraya Francisco Moreno.

Miedo, en México

“Para poder entenderlos tendríamos que ir a sus lugares de origen y vivir lo que ellos viven; solo así se puede entender por qué son capaces de pasar por tantos peligros y gastar tanto dinero”, afirma Moreno. “La presencia de los soldados -estadounidenses- debe atemorizarlos, pero para miedo, México; atravesar la república mexicana en medio de narcos, asesinos, violadores y las autoridades mexicanas que muchas veces son peores, eso es miedo. Los soldados -del lado americano- son nada en comparación”.

Los soldados estadounidenses, por ley, no pueden hacer detenciones oficiales de indocumentados que cruzan la frontera clandestinamente o trasladarlos a centros de procesamiento o detención o deportarlos. “Pueden detenerlos donde los encuentren, pero no pueden esposarlos ni subirlos a ningún vehículo”, explica José Jordán, abogado especialista en inmigración. “Entonces lo que deben hacer es llamar a la Patrulla Fronteriza y que ellos los detengan oficialmente, los suban a su vehículo y los trasladen para ser procesados”.

Quédate en México

“La recomendación es que no crucen sin documentos y que intenten pedir asilo. Lo que también sabemos es que, aunque el Titulo 42 se acabe, las autoridades de migración seguirán mandando a México a todos los que saquen, sean deportados o sean para esperar el proceso de asilo”, explica Jordan.

CBP confirmó a este diario que después del 11 de mayo que se termine oficialmente la emergencia sanitaria y con ello la puesta en marcha del Título 42, efectivamente seguirán enviado a México a los migrantes. “Es un acuerdo en marcha de ambos gobiernos -mexicano y estadounidense- y seguiremos operando como hasta ahora”.

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