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Tijuana.— Alrededor de 500 migrantes centroamericanos se lanzaron ayer sobre la valla fronteriza que divide a México de Estados Unidos, en Tijuana, pero desistieron de cruzar al ser alcanzados por gases lacrimógenos y balas de goma que lanzaron desde el norte, según testigos.
En respuesta, autoridades estadounidenses cerraron el tráfico fronterizo en el concurrido cruce de San Ysidro, entre San Diego y Tijuana.
El domingo comenzó con una marcha aparentemente pacífica del albergue Benito Juárez —donde miles de migrantes se alojan en Tijuana— hacia la garita de El Chaparral, en la frontera de San Ysidro.
No obstante, alrededor de una hora después del inicio de la caminata, centenares de ellos rompieron un cerco policial mexicano y se dirigieron hacia dicha garita y hacia otros puntos fronterizos, donde se subieron al muro con Estados Unidos.
Durante varias horas, grupos de migrantes, entre los que había mujeres y niños, permanecieron en distintos puntos de la línea divisoria entre Tijuana y Estados Unidos, hasta que fueron lanzados los gases.
Oficiales de Aduanas y de la Patrulla Fronteriza de EU (CBP por sus siglas en inglés) se congregaron del lado estadounidense en una demostración de fuerza. El paso fue suspendido en ambas direcciones en el puerto de entrada de San Ysidro, informó la CBP. Unas cuatro horas después, fue reabierto parcialmente.
Quienes se dirigieron al área de San Ysidro, también los recibieron las balas de goma. Según el reporte oficial del Hospital General de Tijuana, atendió a un hombre con heridas en la cabeza por un bote de gas, y una adolescente con una pierna lastimada.
Elementos de Bomberos de Tijuana que estaban en las inmediaciones atendieron a otros más, entre ellos a una menor que se desmayó por los gases. Otro joven también llegó para recibir ayuda, era un hondureño con la rodilla lesionada.
“Es que hubo unos hermanos que se cruzaron, no sé cuántos, dos o tres o más, no sé”, dice mientras un bombero le lava la herida en la rodilla, “cuando lo hicieron nos empezaron a disparar, había niños y mujeres embarazadas… corrimos lo más que pudimos”, relató el migrante Carlos Eduardo.
Ayer por la mañana, el presidente Donald Trump pidió a México ser “muy inteligente” y frenar a las caravanas de migrantes “mucho antes de llegar a nuestra frontera sur”, escribió el mandatario en Twitter. Asimismo, culpó a los países del Triángulo Norte, de donde proceden estas caravanas, de aprovechar esta coyuntura para librarse de “cierta gente”.
La secretaria de Seguridad Nacional (DHS) de EU, Kirstjen Nielsen, defendió el cierre de de la garita fronteriza en San Diego: “Como lo he establecido continuamente, DHS no tolerará este tipo de ilegalidad y no dudará en cerrar los puertos de entrada por motivos de seguridad pública”.
Ralph DeSio, portavoz en San Diego de CBP, defendió el cierre de operaciones en la garita “ante un posible intento de [los migrantes] adentrarse ilegalmente a los puertos de entrada de Estados Unidos”.