Washington/Ciudad del Vaticano.— Aunque Estados Unidos se ha convertido en el país más afectado por el Covid-19, con más de 554 mil contagios y más de 22 mil muertos, según la Universidad Johns Hopkins, autoridades sanitarias adelantaron ayer que algunas partes del país reanudarían sus actividades económicas en mayo.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y miembro del equipo de la Casa Blanca para afrontar el virus, Anthony Fauci, afirmó que esa medida se aplicaría siempre y cuando el sector salud identifique y aísle rápidamente a las personas que inevitablemente se infectarán.
Agregó que se requerirá un proceso gradual con base en el estado de la pandemia en las diversas partes del país y la disponibilidad de pruebas rápidas y generalizadas.
Una vez que el número de enfermos de gravedad disminuya drásticamente, las autoridades podrán comenzar a pensar en un reingreso gradual de algún tipo de normalidad, un reingreso continuo.
“Esperamos que a finales de abril podamos mirar a nuestro alrededor y decir: ‘Ok, ¿hay algún elemento aquí que podamos comenzar a usar de manera segura y cautelosa?’ Si es así, lo haremos; de lo contrario, continuaremos cuidándonos”. En las últimas 24 horas murieron mil 514 personas, menos que el sábado, cuando fueron mil 920.
Las pautas de distanciamiento social impuestas por el presidente Donald Trump expirarán el 30 de abril. El mandatario está ansioso por reanudar la actividad económicas.
“Esta es una plaga como nunca antes se había visto en este país, pero estamos ganando la batalla, estamos ganando la guerra”, dijo el mandatario en un video de Pascua emitido este domingo en Twitter.
No obstante, los jefes del Ejecutivo en Maryland y Nueva Jersey indicaron ayer que no es probable que lo hagan hasta que se disponga de pruebas generalizadas. Tan sólo el estado de Nueva York estaba por alcanzar los 10 mil decesos.
En tanto, cientos de millones de cristianos, confinados como la mitad de la población mundial, celebraron ayer Pascua en unas condiciones sin precedentes, con ceremonias sin fieles y las misas a través de las pantallas.
En un mundo “abrumado por la pandemia, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba”, el papa Francisco pidió “el contagio de la esperanza”, en una Basílica de San Pedro vacía.
En su mensaje, retransmitido por internet, propuso “que se relajen” las sanciones internacionales de los países afectados, “y [que todos] afronten las grandes necesidades del momento, reduciendo o condonando la deuda que pesa en los presupuestos de los más pobres”.
En Jerusalén, por primera vez en más de un siglo la Iglesia del Santo Sepulcro estuvo cerrada a cal y canto.