Washington.— Los estadounidenses con alto riesgo de debido a un sistema inmunológico gravemente debilitado ahora pueden recibir una tercera vacuna con la esperanza de una mejor protección, un cambio de política respaldado ayer por las autoridades sanitarias.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) dictaminó que los receptores de trasplantes y otros pacientes con inmunodeficiencia similar pueden recibir una tercera dosis de Pfizer o , pero la decisión ofrece una sustancia adicional sólo a los grupos de alto riesgo, no al público en general.

Estos pacientes han estado clamando durante meses por una mejor protección, algunos de ellos viajando a través de las fronteras estatales o mintiendo para recibir otra dosis. “En un momento en que la variante Delta está aumentando, una dosis adicional para algunas personas con sistemas inmunitarios debilitados podría ayudar a prevenir casos de Covid-19 graves y posiblemente mortales en esta población”, dijo la directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky.

Con el visto bueno de ambas agencias, las dosis de refuerzo podrían comenzar a administrarse de inmediato. Los asesores de los CDC lidiaron con exactamente quién califica antes de respaldar unánimemente la decisión de la FDA.

Según los CDC, las personas con cánceres de la sangre, las que toman ciertas quimioterapias contra el cáncer y las que toman ciertos medicamentos para la artritis reumatoide tienden a tener una respuesta especialmente pobre a la vacunación.

Esto se debe a que el biológico de Pfizer es actualmente el único autorizado para los estadounidenses menores de 18 años.

Eso podría cambiar si la vacuna de Moderna finalmente se permite para los adolescentes. El gobierno alienta a que la tercera dosis sea la misma que las dos primeras. La decisión no se aplica a los receptores de la sustancia de Johnson & Johnson.

Pruebas de vacunación

Ante el avance de la variante Delta, en Estados Unidos un número cada vez mayor de lugares requiere que las personas muestren pruebas de que han sido vacunadas contra el virus para enseñar en la escuela, trabajar en un hospital, ver un concierto o comer en un restaurante.

Las nuevas medidas son un intento de detener la creciente ola de casos que ha llevado a los hospitales al límite, incluso en el área de Dallas.

Indagan otros efectos secundarios

Mientras, el Comité de Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) dio a conocer un nuevo reporte sobre la seguridad de las en el que investigan la posible relación entre tres nuevos efectos adversos y las sustancias de tecnología ARNm, es decir, los biológicos de Pfizer y también de Moderna.

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