Washington

.- Ante el rápido deterioro de la seguridad en , Estados Unidos enviará más soldados al país para ayudar a evacuar a algunos miembros del personal de la embajada estadounidense en Kabul, se anunció hoy.

“Estamos reduciendo aún más nuestra presencia civil en Kabul a la luz de la evolución de la situación de seguridad”, dijo a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, y agregó que la embajada permanecería abierta.

Price dijo que la embajada funcionaría en su ubicación actual y “continúa haciendo funciones prioritarias”, pero no desmintió los informes de que podría trasladarse al aeropuerto internacional Hamid Karzai.

Además, el funcionario aseguró que comenzaría a enviar vuelos diarios para evacuar a los intérpretes y a otras personas que ayudaron a Estados Unidos y que temen por sus vidas debido al avance de los talibanes.

Los soldados proporcionarán apoyo terrestre y aéreo para el procesamiento y la seguridad de los estadounidenses que sean enviados fuera del país

Las fuerzas del gobierno afgano están colapsando incluso más rápido de lo que los líderes militares estadounidenses pensaron que era posible hace unos cuantos meses, cuando el presidente Joe Biden ordenó el retiro de todos los soldados que se encontraban en la nación. Pero hay poco apetito en la Casa Blanca, en el Pentágono o entre el público estadounidense para tratar de frenar la embestida del Talibán y probablemente ya sea demasiado tarde para hacerlo.

Biden ha dejado claro que no tiene intención de cambiar la decisión que tomó a principios de año, incluso cuando el resultado parece indicar que el Talibán se apoderará del país. Ahora que la mayoría de las tropas estadounidenses se han retirado y el Talibán gana terreno, los líderes militares de Estados Unidos no han presionado al mandatario para revertir su decisión. Saben que la única opción real sería que el presidente reiniciara un conflicto armado que ya decidió terminar.

El Talibán , que gobernó al país desde 1996 hasta que las tropas estadounidenses invadieron tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, tomaron otras tres capitales provinciales el miércoles y dos más el jueves, la 10ma y 11ra que los insurgentes han capturado rápidamente en una semana y que les ha dado el control de dos terceras partes del país. Los insurgentes no cuentan con capacidad aérea y son superados en número por las fuerzas de seguridad entrenadas por Estados Unidos , pero han capturado territorios, incluida la tercera ciudad más poblada del país, Herat, el jueves, con una velocidad impresionante.

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En una nueva advertencia a los estadounidenses que se encuentren en Afganistán , la segunda que ha emitido desde el sábado, la embajada de Estados Unidos en Kabul volvió a pedir el jueves que los ciudadanos abandonen el país inmediatamente. El aviso fue emitido en medio de las crecientes discusiones en Washington sobre reducir aún más el limitado personal de la embajada.

John Kirby, principal portavoz del Pentágono, dijo que los afganos aún tienen tiempo de evitarse una derrota final.

“Ningún resultado posible tiene que ser inevitable, incluyendo la caída de Kabul”, dijo Kirby a los reporteros. “No tiene por qué ser así. Realmente depende del tipo de liderazgo político y militar que puedan reunir los afganos para revertir esto”.

Biden presentó un argumento similar el martes, cuando dijo a la prensa que las tropas de Estados Unidos han hecho todo lo posible en los últimos 20 años para ayudar a los afganos.

“Deben pelear por sí mismos, pelear por su nación”, comentó.

Estados Unidos sigue brindando apoyo al ejército afgano con un número limitado de ataques aéreos, pero hasta el momento no han tenido un impacto estratégico y están programados para concluir una vez que Estados Unidos cese formalmente su participación en el conflicto el 31 de agosto. Biden podría mantener los ataques aéreos una vez pasada esa fecha, pero esa opción es poco probable considerando su firme postura en dar fin al conflicto.

“Sospecho que el plazo del 31 de agosto será definitivo”, dijo Carter Malkasian, quien asesoró a líderes militares de Estados Unidos en Afganistán y en Washington.

Altos mandos militares estadounidenses habían advertido a Biden que una retirada total de podría llevar a que los talibanes tomaran el poder, pero el presidente decidió en abril que continuar la guerra era un desperdicio. El martes dijo que su decisión se mantiene, incluso cuando se habla de que los talibanes podrían tener a Kabul al alcance muy pronto, amenazando la seguridad de los diplomáticos estadounidenses y de otros países.

La evaluación militar estadounidense más reciente, que tiene en cuenta los últimos avances de los talibanes, indica que Kabul podría estar bajo la presión de los insurgentes en septiembre y que el país podría caer por completo en manos de los talibanes en un par de meses, según un funcionario de Defensa que habló del análisis interno bajo condición de anonimato.

agv

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