La Guardia Costera de Estados Unidos anunció este miércoles que traerá más barcos y naves submarinas para buscar al sumergible que desapareció en el norte del océano Atlántico tras haber detectado unos sonidos debajo del agua, incluidos ruidos de golpes, que ofrecieron un atisbo de esperanza tres días después de que el Titan sumergible desapareció con cinco personas a bordo cuando descendió a observar los restos del Titanic.
De momento no se había determinado la ubicación exacta y la fuente de los sonidos, pero demostró que los investigadores se concentraron en una zona más definida. El área total de la zona de búsqueda es dos veces el tamaño de Connecticut y tiene una profundidad de 4 kilómetros (2.5 millas), dijo el capitán Jamie Frederick del primer distrito de la Guardia Costera.
“Esto es 100% una misión de búsqueda y rescate”, dijo Frederick. “Cuando estás a la mitad de un caso de búsqueda y rescate, siempre tienes esperanza”.
Pero aquellos incluso que expresaron un poco de optimismo advirtieron que aún hay muchos obstáculos por delante: Desde encontrar la ubicación del sumergible, hasta alcanzarlo con un equipo de rescate y traerlo a la superficie, asumiendo que no haya sufrido daños, y todo eso antes de que se agote el suministro de oxigeno para los pasajeros.
El área del norte de Atlántico donde el sumergible Titán desapareció el domingo es propensa a la niebla y las tormentas, lo que la convierte en un entorno extremadamente difícil para llevar a cabo una misión de búsqueda y rescate, afirmó Donald Murphy, oceanógrafo que trabajó como científico jefe de la Patrulla Internacional de Hielo de la Guardia Costera.
Después de que un avión de vigilancia militar canadiense detectara ruidos submarinos en la zona de búsqueda, se envió un buque robotizado para rastrear la región, pero hasta el momento “había dado resultados negativos”, escribió la Guardia Costera en Twitter.
La Guardia Costera no dio detalles sobre lo que los rescatadores creían que podrían ser los ruidos. Se calcula que al buque le queda oxígeno para un día, si es que sigue funcionando.
Tres embarcaciones se sumaron a la búsqueda el miércoles por la mañana, incluida una equipada con sonar de barrido lateral. Las autoridades se apresuraron para llevar equipo de salvamento al sitio en caso de que se encuentre el sumergible.
El comunicado de la Guardia Costera sobre los sonidos detectados bajo el mar se produjo luego de que la revista Rolling Stone reportó que los equipos de búsqueda escucharon “ruidos de golpes en la zona cada 30 minutos”.
El informe fue alentador para algunos expertos debido a que a los equipos submarinos incapaces de comunicarse con la superficie se les enseña a golpear el casco del sumergible para que el ruido pueda ser detectado por un sonar.
“Envía un mensaje de que probablemente estén utilizando técnicas militares para que los encuentren y así es como lo están diciendo”, comentó Frank Owen, experto en búsqueda y rescate de submarinos. “Así que es realmente alentador si ese es el caso”.
Richard Garriott de Cayeux, y el presidente de The Explorers Club, escribieron una carta abierta a los aventureros de su organización, señalando que tenía “mucha confianza” en la labor de búsqueda tras hablar con funcionarios del Congreso estadounidense, así como del ejército y de la Casa Blanca.
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Autoridades desconocen la fuente de los sonidos bajo el mar
Sin embargo, ningún funcionario ha insinuado públicamente que se conozca la fuente de los sonidos bajo el mar.
Mientras tanto, persisten las dudas sobre cómo podrían llegar los equipos a la embarcación perdida, que podrían encontrarse a unos 3 mil 800 metros (12 mil 500 pies) de profundidad, cerca del lugar donde descansa el histórico transatlántico. Reportes recién descubiertos que sugieren que se habían hecho importantes advertencias sobre la seguridad del sumergible antes de su desaparición.
A bordo iba el piloto Stockton Rush, director general de la empresa organizadora de la expedición, OceanGate. Sus pasajeros eran un aventurero británico, dos miembros de una familia de empresarios paquistaníes y un experto en el Titanic.
Las autoridades informaron que la embarcación de fibra de carbono de 6.7 metros (22 pies) se había extraviado el domingo por la noche, lo que desencadenó la búsqueda en aguas situadas a unas 700 kilómetros (435 millas) al sur de San Juan Terranova.
El sumergible tenía una provisión de oxígeno para cuatro días cuando zarpó alrededor de las 06:00 horas del domingo, dijo David Concannon, asesor de OceanGate Expeditions, que supervisó la misión.
Owen dijo que el suministro de oxígeno para un aproximado de 96 horas es un “objetivo” útil para los investigadores, pero sólo se basa en una “cantidad nominal de consumo que el ser humano medio podría consumir al hacer ciertas cosas”. Owen dijo que el buzo a bordo del Titan probablemente estaría aconsejando a los pasajeros “hacer cualquier cosa para reducir sus niveles metabólicos para que realmente puedan extender estas 96 horas”.
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Chris Brown, un aventurero británico que había dado un depósito para realizar la expedición al Titanic, pero más tarde lo abandonó debido a sus inquietudes, dijo que las noticias de que los investigadores han escuchado sonidos es tanto buenas como malas noticias.
“Si los sonidos vienen del fondo del mar entonces eso indica que podrían estar vivos en el agua, pero ahora tenemos la presión del tiempo para sacarlos a la superficie”, declaró Brown al programa “Good Morning America” de la cadena ABC el miércoles.
El sumergible contaba con siete sistemas de reserva para volver a la superficie, entre ellos sacos de arena y tubos de plomo que se descuelgan y un globo inflable.
Aaron Newman, que ha sido pasajero del Titan, dijo el miércoles al programa “Today” de la NBC que si el sumergible está por debajo de unos doscientos metros y sin energía, los pasajeros están en completa oscuridad y hace frío.
“Hacía frío cuando estábamos en el fondo”, dijo. “Nos habíamos abrigado. Llevabas gorros de lana y hacías todo lo posible por mantenerte caliente en el fondo”.
Jeff Karson, catedrático emérito de Ciencias de la Tierra y Medioambientales de la Universidad de Siracusa, explicó que la temperatura está justo por encima del punto de congelación y que el sumergible se encuentra a demasiada profundidad para que los buzos humanos puedan llegar hasta él. La mejor forma de llegar al sumergible podría ser mediante un robot teledirigido a través de un cable de fibra óptica.
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“Estoy seguro de que es horrible estar ahí abajo”, dijo Karson. “Es como estar en una cueva de nieve y la hipotermia es un peligro real”.
Mientras tanto, se dieron a conocer documentos según los cuales OceanGate había sido anunciado de que podría haber problemas de seguridad catastróficos por la forma en que se desarrolló el buque experimental.
David Lochridge, director de operaciones marinas de OceanGate, dijo en una demanda de 2018 que las pruebas y la certificación de la compañía eran insuficientes y “someterían a los pasajeros a un peligro potencial extremo en un sumergible experimental”.
La compañía insistió en que Lochridge “no era ingeniero y no fue contratado ni se le pidió que realizara servicios de ingeniería en el Titan.” La empresa también afirma que la nave en desarrollo era un prototipo, no el ahora desaparecido Titan.