Miami.— En las últimas décadas, Estados Unidos ha experimentado un cambio poblacional en el que el de su sociedad es un hecho innegable. Esta situación se debe a varios factores interrelacionados que están causando estragos no sólo en lo social, también en lo económico, laboral y de salud.

“Es un hecho que Estados Unidos viene envejeciendo en términos de natalidad desde hace un par de décadas”, dice a EL UNIVERSAL el médico Enrique Martínez desde California. Entre 2022 y 2023, la tasa de fertilidad cayó 3%, un descenso más pronunciado que en años anteriores, según cifras publicadas el 25 de abril por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). No es una tendencia nueva, sino de décadas, señalan expertos. Entre las mujeres de 20 a 24 años, el declive en las que se convirtieron en madres fue de 4%. La pandemia de Covid, advirtieron los CDC desde 2023, aceleró el declive.

Al mismo tiempo, la población envejece. La edad media del país aumentó 0.2 años, hasta los 38.9 años, entre 2021 y 2022, según las Estimaciones de Población Vintage 2022 de la Oficina del Censo, que advirtió que la tendencia continuará en los siguientes años.

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El envejecimiento de la población, la disminución de la tasa de natalidad, los avances médicos y los cambios en los patrones de matrimonio y paternidad de las generaciones más jóvenes son fenómenos que tienen profundas implicaciones para el futuro de la Unión Americana.

Una pareja pasea con su perro, en Washington DC. Las nuevas generaciones retrasan, o a veces rechazan, la paternidad, priorizando otras cosas Foto: EFE
Una pareja pasea con su perro, en Washington DC. Las nuevas generaciones retrasan, o a veces rechazan, la paternidad, priorizando otras cosas Foto: EFE

Los cambios en los patrones familiares

Las generaciones de millennials y centennials están retrasando o rechazando el matrimonio y la paternidad, influenciados por una variedad de factores. Entre ellos, la búsqueda de estabilidad económica en un mercado laboral volátil y la alta carga de una deuda estudiantil que en pareja se duplica.

Además, la revolución digital ha cambiado las interacciones sociales, pues abundan la falta de compromiso y de confianza para estabilizar una relación. “El concepto amoroso creo que ha cambiado, la relación de pareja ya dejó de ser como lo era con mis papás o mis abuelos”, dice a este diario Daniel, de 39 años, y quien vive con su pareja desde hace seis años en Orlando. “No tenemos planes de tener hijos ni de casarnos. Tenemos varios amigos [en pareja] que se sienten igual que nosotros”, comenta abiertamente.

“No me imagino siendo mamá”, dice su pareja. “Sería muy triste hacer sufrir a una personita si esta relación deja de funcionar, pero además está el trabajo de por medio y toda una lista de objetivos que queremos lograr y eso va a tomar años”, añade.

Por otro lado, está el acceso a métodos anticonceptivos que cada vez más permiten una mayor autonomía en la planificación familiar.

Votantes en una casa de retiro, en West Palm Beach, Florida. Foto: AFP
Votantes en una casa de retiro, en West Palm Beach, Florida. Foto: AFP

Estos cambios están transformando las estructuras familiares tradicionales, lo que lleva a una nueva organización de pareja donde los bebés no son prioridad.

Otro factor de impacto en los índices de natalidad son las estadísticas que muestran que se realizan aproximadamente 900 mil abortos al año en Estados Unidos, de acuerdo con el Instituto Guttmacher (2020). “El número de abortos no es cualquier cosa, porque está comprobado que si la estadística muestra una determinada tasa anual de esta práctica, hay un alto porcentaje más del que nunca se sabrá. Así que podríamos imaginar más de un millón de abortos anuales”, subraya el doctor Martínez.

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Los efectos de la evolución demográfica

El índice de fecundidad en la Unión Americana ha cambiado dramáticamente. El promedio de hijos por mujer en 1961 era de 3.6; en 1971, de 2.3; en 1981 cayó a 1.8 y en 1991 se recuperó ligeramente a 2.1. Desde entonces y hasta 2009 se mantuvo en esos rangos entre 2.1 y 2.0. Pero desde 2010 bajó a 1.9 y para 2021 el índice de fecundidad de la mujer estadounidense llegó a 1.7 y sigue a la baja. “A esos números hay que añadirles que la expectativa de vida ha crecido considerablemente; el promedio de vida para la mujer [en Estados Unidos] es de 82 años y para el hombre de 78”, explica el especialista médico; “así que están naciendo menos bebés frente a hombres y mujeres que envejecen y viven más años”, indica el experto.

Este envejecimiento demográfico está provocando una reducción en la proporción de la población en edad laboral, lo que está creando nuevos retos en términos de productividad económica y sostenibilidad de los programas de seguridad social. Además, la cantidad promedio de hijos por familia en Estados Unidos ha mostrado variaciones notables según la raza y etnia durante las últimas décadas.

Las madres hispanas siguen siendo las más fecundas, a pesar de los datos, con un promedio de 2.6 hijos; pero hay que considerar que 50% de las madres latinas tienen tres o más hijos. Las madres afroestadounidenses tienen en promedio alrededor de 2.5 hijos, con 40% de ellas teniendo tres o más hijos.

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Las madres blancas tienen un promedio de 2.3 hijos, y aproximadamente únicamente 33% de ellas tienen tres o más hijos. Mientras que las madres asiáticas tienden a tener familias más pequeñas, con un promedio de 2.2 hijos y sólo 27% de ellas tienen tres o más hijos.

Estos datos de diversos estudios realizados por años reflejan una disminución general en el tamaño de la familia en todos los grupos raciales y étnicos a lo largo del tiempo, aunque las familias hispanas y afroestadounidenses tienden a ser más grandes en comparación con las blancas y asiáticas.

Es interesante notar que las diferencias en el tamaño de las familias en Estados Unidos tienen que ver con el nivel educativo de las madres que juegan un papel importante, donde aquellas con menos educación tienden a tener más hijos, según estos estudios.

Diversidad cultural

La diversidad racial y étnica de Estados Unidos está también en transformación. En 2023, los blancos no hispanos constituyeron 68.17% de la población, mientras que los hispanos representaron 18.44%, la minoría más amplia en la Unión Americana; los afroestadounidenses, 12.55%, y los asiáticos, 5.70%.

Cada grupo demográfico enfrenta desafíos únicos que pueden requerir políticas públicas adaptadas para abordar desigualdades específicas y promover una inclusión efectiva, que incluye a sus familias, especialmente hijos menores.

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