Washington/Kabul.— La guerra más larga de Estados Unidos llegó ayer oficialmente a su fin, con la retirada de sus últimos soldados de Afganistán, casi 20 años después de su despliegue.
Pese a que la administración del presidente Joe Biden defiende la decisión de retirarse, además del fracaso que representa que 20 años después los talibanes a los que derrocaron y las fuerzas aliadas hoy estén de regreso, la misión será recordada también por la frenética salida que costó la vida de más de 180 afganos y 13 militares estadounidenses, algunos de ellos apenas mayores que el tiempo que duró la guerra.
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El último avión militar estadounidense (C-17) despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul a las 15:29 (hora de la costa este de Estados Unidos). Entre sus pasajeros estaban el embajador estadounidense en funciones, Ross Wilson, y el general Chris Donahue.
La retirada concluyó 24 horas antes de que terminara el 31 de agosto, fecha límite que fijó Biden, quien hoy dirigirá un discurso a los estadounidenses.
McKenzie explicó que, pese a que el repliegue castrense se ha completado, continúa la misión diplomática para garantizar que más estadounidenses y que “los afganos aptos” que quieran marcharse, puedan hacerlo. Admitió así que “no evacuamos a todos los que queríamos evacuar”. Antes de irse, el ejército destruyó 73 aviones, además de vehículos blindados y un sistema de defensa antimisiles. “Esos aparatos no volverán a volar”, advirtió.
“Los vuelos militares de Estados Unidos han llegado a su fin y nuestras tropas han partido de Afganistán. Se inicia un nuevo capítulo de la participación en Afganistán. Uno que encabezaremos con nuestra diplomacia”, señaló a su vez el secretario de Estado, Antony Blinken. Anunció la suspensión de la presencia diplomática en Afganistán y el traslado de las operaciones a Doha (Qatar), desde donde seguirá “ayudando” a los entre 100 y 200 estadounidenses que estiman que se quedaron en el país.
Para los talibanes, fue un día de fiesta. Una vez confirmada la partida del último avión, se escucharon disparos de celebración desde distintos puestos de control talibanes. “Hemos hecho historia. Los 20 años de ocupación de Afganistán por Estados Unidos y la OTAN se acabaron esta noche”, se congratuló Anas Ha-qqani, responsable del movimiento islamista. “Estoy muy contento tras 20 años de yihad, sacrificios y dificultades, de tener la satisfacción de ver estos momentos históricos”, añadió.
Desde el pasado 14 de agosto, un día antes de que los talibanes llegaran a Kabul y se hicieran del control del país, Estados Unidos y sus aliados evacuaron a unas 123 mil personas del Aeropuerto Hamid Karzai.
La tensión fue una constante desde el inicio del llamado puente aéreo. En el primero y segundo días, videos que dieron la vuelta al mundo mostraban a miles de afganos desesperados llegando al aeropuerto, intentando huir del país. Al menos siete afganos que se aferraron al tren de aterrizaje de los aparatos perdieron la vida.
La situación se agravó cuando, tras días de advertencia de que podría haber un ataque, el 26 de agosto el brazo afgano del Estado Islámico (EI-K) perpetró un atentado suicida que causó más de 100 muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses. Estados Unidos respondió con ataques selectivos contra líderes del EI y figuras que señaló de querer atacar de nuevo, pero las operaciones dejaron nueve víctimas civiles, y los talibanes advirtieron que ese tipo de actos no eran “parte del acuerdo de retirada”.
Los líderes talibanes continúan negociando con importantes figuras afganas, previo al anuncio de cómo quedará conformado el nuevo gobierno de lo que ya denominan Emirato Islámico de Afganistán.
La retirada de Estados Unidos y las fuerzas extranjeras de Afganistán marca un duro final a la guerra que iniciara el entonces presidente George W. Bush con su operación Libertad Duradera el 7 de octubre de 2001, tras los atentados del 11 de septiembre que mataron a cerca de 3 mil personas en Estados Unidos.
El régimen fundamentalista talibán, en el poder desde 1996, daba cobijo a Osama bin Laden, líder de Al-Qaeda, y quien reivindicó los ataques del 11-S.
La coalición internacional derrotó a los talibanes, que capitularon el 6 de diciembre del mismo año. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desplegó una fuerza militar en el país junto a las tropas estadounidenses. Y aunque la situación mejoró en el país, con elecciones democráticas y para las mujeres significó poder ir a la escuela, acceder a puestos de poder, hoy la situación es de incertidumbre.
Los números de la guerra son dramáticos: 2 mil 461 militares muertos en 20 años; 66 mil militares y policías afganos; mil 144 militares de la coalición, y 47 mil 245 civiles afganos (hasta abril).
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