San José. – El resultado de la segunda y definitiva ronda de los comicios presidenciales colombianos que se disputará hoy entre el izquierdista Gustavo Francisco Petro Urrego y el centroderechista Rodolfo Hernández Suárez impactará en Estados Unidos, que se consolidó en mayo pasado como el principal socio político, económico y militar de Colombia.
Para el presidente de EU, Joe Biden , “Colombia es la piedra angular de la política estadounidense en América Latina y el Caribe”. Colombia es el principal productor mundial de cocaína y, tras cumplirse el pasado viernes 51 años de que EU lanzó la guerra contra las drogas, quedó evidenciado que el combate al narcotráfico se afianzó como pieza esencial de la política de Washington en la zona.
Washington y Bogotá festejaron este mes sus 200 años de relaciones. Como socio global y sin ser miembro pleno, Colombia es el único país latinoamericano asociado a la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN), músculo militar mundial de EU y sus aliados occidentales. Biden declaró en mayo anterior a Colombia como Aliado Principal No Miembro de la OTAN , rango que Argentina obtuvo en 1998 y Brasil en 2019.
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“Decir que Colombia es piedra angular de la política de EU en América Latina y el Caribe significa que históricamente ha habido una relación, no solo estrecha, sino de asociación entre Colombia y EU”, dijo la estadounidense Arlene Tickner, profesora de Relaciones Internacionales de la (no estatal) Universidad del Rosario, en Bogotá, y con 35 años de vivir en ese país.
“En diferentes momentos la relación bilateral se ha traducido en posiciones de subordinación y sumisión colombiana frente a los objetivos, intereses y estrategias estadounidenses”, aseguró Tickner a EL UNIVERSAL.
Al precisar que una de las inquietudes principales de Washington en los comicios presidenciales “es justamente ver si se quiere a Colombia en esta condición particular”, evocó que “rara vez Colombia le dice que no a EU frente a sus distintos planes estratégicos e intereses en la región”.
“Esto se traduce em que, con pocas excepciones, los mandatarios colombianos han sido vistos por Washington sino como voceros de sus políticas en América Latina y el Caribe, sí como participantes entusiastas y activos de esas políticas. Eso es lo que está en juego básicamente a ojos de EU”, señaló.
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El exguerrillero
Una victoria de Petro, de Pacto Histórico, significaría el ascenso a la presidencia, por primera vez en la historia de Colombia, de un político de la izquierda y con pasado de guerrillero como integrante del ya desaparecido Movimiento 19 de Abril (M—19), una insurgencia nacionalista de izquierda que existió de 1974 a 1990.
Petro sería el séptimo exguerrillero izquierdista latinoamericano en llegar a la presidencia en América Latina y el Caribe, solo precedido por Dilma Rousseff en Brasil, Fidel Castro y su hermano menor, Raúl, en Cuba, José Mujica en Uruguay, Salvador Sánchez en El Salvador y Daniel Ortega en Nicaragua.
El mayor de los Castro fue presidente de 1976 a 2008 y primer ministro de 1959 a 1976. El menor fue presidente de 2008 a 2018. De los siete, ambos son los únicos que nunca compitieron en elecciones con sus adversarios.
Los demás alcanzaron la presidencia por la ruta de las urnas: Rousseff fue presidenta de 2010 a 2016, Mujica gobernó de 2010 a 2015 y Sánchez de 2014 a 2019.
Ortega dirigió una junta de gobierno que se instaló de 1979 a 1985 tras alcanzar el poder por la vía de las armas, pero luego compitió en comicios y ocupó la presidencia de 1985 a 1990 y desde 2007 con opción de ejercer hasta 2027.
Las relaciones de EU con el mayor de los Castro fueron tormentosas, aunque con el menor se reconstruyeron. En la década de 1980 y desde 2018, Washington chocó con Ortega, mientras que los nexos con Rousseff, Mujica y Sánchez estuvieron signados por los altibajos.
Con este escenario, EU seguirá atento la jornada de Colombia en las urnas.
“La elección en Colombia va a ser entre dos opciones que no le benefician a EU en asuntos comerciales, seguridad, defensa y la lucha contra las drogas y quizás tampoco en el ámbito global diplomático”, advirtió el economista y relacionista internacional colombiano Sergio Guzmán, profesor de Administración de Empresas de la (no estatal) Universidad Externado de Colombia, de Bogotá.
Tras recordar que Petro y Hernández se mostraron “escépticos” sobre los tratados de libre comercio y los beneficios que tienen para países como Colombia, indicó a este periódico que ambos plantearon renegociar el acuerdo comercial entre Bogotá y Washington vigente desde 2012. “pero eso es algo que por supuesto no ocurrirá”.
“En EU hay muy poco apetito político para una renegociación. Eso va a ser un impedimento, un impasse, en las relaciones diplomáticas entre los dos países”, anticipó.
Petro y Hernández propusieron un cambio en lucha antidroga “que no beneficia ni poco a EU, principal soporte de Colombia contra el narcotráfico. Cualquier cambio súbito en esa política, que no podrá ser solo tomado por Colombia, implicará un rebalanceo de esa relación que puede ser en detrimento de Colombia. Significativamente sí pierde influencia EU”, adujo.
La apremiante situación fiscal de Colombia “podría hacer que Petro se apalanque en China” y busque préstamos de Beijing, sugirió.
En el caso de Hernández, Guzmán pronosticó que “buscaría quizás” una unión “más cercana” con presidentes como los de México, Andrés Manuel López Obrador, y de El Salvador, Nayib Bukele, “no necesariamente” para impulsar algún programa “sino más bien en su forma de gobierno, no intervencionista, aislacionista y quizás mucho más autárquico”.
“Hay una partida fuerte con la política de unidad tan grande que ha habido entre Colombia y EU y sí creo que hay razones por las que EU debe de estar preocupado por el resultado que tengamos este domingo”, recalcó.
Las preocupaciones también fueron expuestas por Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por siglas en inglés), institución no estatal de EU sobre la defensa de los derechos humanos.
“Aunque es imposible predecir quién será el próximo presidente de Colombia, lo que sí es cierto es que el gobierno de EU tendrá que recalibrar su política exterior con su amigo más cercano en Suramérica, al menos si está dispuesto a situarse en el lado correcto de la lucha por la justicia y los derechos humanos”.
La frase destacó en un análisis de expertos sobre Colombia: la abogada, economista y ambientalista argentina Gimena Sánchez—Garzoli, directora de WOLA para Los Andes y el relacionista internacional estadounidense Adam Isacson, director en esa institución del programa de Supervisión de Defensa.
“El deseo de mantener una ‘relación especial’ con Colombia a menudo lleva a los diplomáticos (de EU) a suavizar graves problemas de derechos humanos, corrupción, gobernanza y militarización”, plantearon, en un documento que WOLA remitió a este diario.
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