Más Información
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
Se registra ataque de drones con explosivos, ahora en Chihuahua; elementos municipales y federales resultan ilesos
Chiapas aprueba el matrimonio igualitario; colectivos y activistas de la comunidad LGBT+ celebran avance histórico
Washington.— La propuesta de reforma migratoria presentada ayer por el presidente Donald Trump, en la que quiere restringir el sistema de asilo y apostar por migrantes jóvenes y cualificados, recibió grandes críticas de organizaciones proinmigrantes y parte de la clase política, augurando poco futuro al plan del mandatario.
Trump expuso una estrategia basada en la meritocracia profesional y académica para conseguir permisos de residencia en Estados Unidos, abandonando casi por completo las razones familiares, y advirtió que reducirá al máximo las aprobaciones de refugio y sólo se admitirán aquellas que se consideren “legítimas”.
Trump alardeó de un plan que, dijo, busca atraer “trabajadores jóvenes” que sean “genios, brillantes” en contraposición a los migrantes “de pocas habilidades” que, según él, copan la mayoría de solicitudes de residencia. La intención del presidente, como ya se había adelantado, es crear un sistema de puntos en los que características elitistas como tener “habilidades valiosas”, grandes carreras académicas o profesionales, o un plan para crear trabajos serán fundamentales.
“Los futuros inmigrantes deberán aprender inglés y aprobar un examen cívico antes de ser admitidos”, explicó, algo que además de servir como criba busca promover “la unidad nacional” y reforzar la “cultura, tradiciones y valores” de EU.
“No importa dónde nazcas ni quiénes sean tus familiares: si quieres ser un ciudadano estadounidense será claro qué estándares tendrás que conseguir”, resumió Trump.
Sobre el asilo dijo que “los solicitantes legítimos de asilo están quedando desplazados por aquellos que presentan reclamaciones frívolas para ser admitidos en nuestro país”. Según explicó, su propuesta, además de reducir el número de beneficiarios y dónde podrán hacer sus solicitudes, hará que si éstas no son admitidas los migrantes “serán rápidamente devueltos a casa”.
Las críticas llovieron. “La propuesta extremadamente antiinmigrante de Trump no es más que un plan para penalizar a inmigrantes que no son ricos y criminalizar la gente que arriesga sus vidas para buscar seguridad aquí”, dijo el National Immigration Law Center (NILC).
El Southern Poverty Law Center cuestionó que la propuesta sólo vea a los migrantes como “trabajadores” y “devalúe los lazos familiares”, y lamentó que “imponga el inglés” como medida para evaluar si un migrante es apto para obtener residencia en EU. “En lugar de abordar las políticas migratorias profundamente defectuosas que han resultado en una crisis humanitaria muy real… el presidente Trump sólo está redoblando su guerra contra los inmigrantes”, aseguró. “Es profundamente antiestadounidense”, resumió.
Domingo García, presidente de la League of United Latin-American Citizens (LULAC), lamentó que, a pesar de los encuentros con el creador del plan, el yerno y asesor presidencial Jared Kushner, la administración “eligió esconderse tras la fachada de un plan migratorio mejorado que es un recurso político que inflama la histeria xenofóbica de aquellos que claman que los migrantes y refugiados latinos no son bienvenidos”.
La mayoría de críticos ve poco futuro a la propuesta. La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que “este plan está muerto antes de empezar; no es ni remotamente una propuesta seria”, una postura compartida por todo el grupo de legisladores hispanos del Capitolio. “Es un fracaso asegurado”, añadió el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. Incluso algún senador republicano confesó que, tal y como está ahora, no tiene visos de convertirse en texto legislativo.
“Nunca debió ver la luz cuando demócratas y republicanos dicen que es inútil y muerto antes de empezar”, declaró Tyler Moran, director de The Immigration Hub. “El anuncio no fue más que un mitin de campaña para dar carnaza a su base”, remató.
Algunos de los candidatos demócratas a la presidencia de 2020 también expresaron su condena al plan migratorio. Julián Castro, único latino de la contienda de primarias, dijo que se trata de un “sabotaje” a los principios de Estados Unidos.
Al plan del presidente le llovieron muchas críticas por la no inclusión de una solución para los dreamers, recipientes del programa DACA. “Cada vez que impulsamos o alguien pone cualquier plan de inmigración que incluía DACA ha fracasado. Es un tema divisivo”, se defendió la portavoz presidencial, Sarah Sanders. La mayoría de estudios y encuestas la contradicen: más de 80% de la población estadounidense está a favor de dar una solución permanente en términos de ciudadanía a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños, traídos por sus padres.