El secretario de Estado de Estados Unidos , Antony Blinken, mencionó el miércoles desde Riga la existencia de "pruebas" de que Rusia podría estar planeando una invasión de Ucrania, y amenazó a Moscú con importantes sanciones económicas en caso de ataque.
Durante la reunión de la OTAN de este miércoles en la capital letona, Blinken acusó a Moscú de concentrar "decenas de miles de fuerzas de combate adicionales" cerca de la frontera ucraniana.
"Por ahora no sabemos si el presidente (Vladimir) Putin ha tomado una decisión sobre la invasión. Sabemos que está poniendo en marcha la capacidad de hacerlo rápidamente, si así lo decide", dijo la víspera de la reunión que este jueves tendrá en Estocolmo con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
"Hemos dicho claramente al Kremlin que responderemos, sobre todo con una serie de medidas económicas de fuerte impacto que en el pasado decidimos no usar", avisó.
Aunque Moscú niega ninguna intención belicosa, la acumulación de tropas rusas en los lindes de la antigua república soviética generan inquietud en Ucrania, que teme una invasión y pide a sus aliados occidentales que disuadan al Kremlin.
El martes, el mandatario ruso había asegurado que era necesario "arreglar los vínculos" con Kiev para que "nadie se sienta amenazado".
E instó el miércoles a Occidente a alcanzar "acuerdos concretos" excluyendo la ampliación de la OTAN hacia el Este y el despliegue de su armamento cerca de las fronteras rusas, proponiendo establecer "negociaciones de fondo" respecto a esto.
Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de Estados Unidos para Asuntos Extranjeros pidió un "alto el fuego completo" durante la Navidad en la región separatista ucraniana del Dombás.
"La llegada de la Navidad es un momento para reanudar el alto el fuego, realizar intercambios de prisioneros y reabrir los puntos fronterizos para que las familias puedan reunirse", dijo Nuland a través de un video en un foro de seguridad en Kiev.
Desde poco después de la anexión de la península de Crimea por parte de Moscú, el gobierno ucraniano combate a separatistas prorrusos en un conflicto que ya ha dejado más de 13 mil muertos.
La cuestión fue abordada en una reunión de la OTAN el miércoles en Riga, en Letonia, otra antigua república soviética ahora integrada en la Unión Europea y también limítrofe con Rusia.
Desde ese encuentro, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, anunció un encuentro el jueves en Estocolmo con su homólogo ruso Serguéi Lavrov, que atacó este miércoles la "política destructora" de los países de la OTAN.
Según el ministro ruso, la alianza militar transatlántica "busca captar Ucrania en su órbita y transformarla en un país antirruso".
El responsable de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, estimó por su parte que había que "aclarar que cualquier agresión contra Ucrania recibirá una respuesta firme".
Presente también en la reunión de la OTAN, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, solicitó a sus aliados occidentales poner en marcha un "paquete de disuasión" contra Moscú.
Rusia acusó recíprocamente a Ucrania de "reforzar sus capacidades militares, haciendo llegar equipamiento pesado y personal" al este del país.
Kiev ha desplegado 125 mil soldados, es decir "la mitad de las fuerzas armadas ucranianas", aseguró la portavoz del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova.
También acusó a su vecino de sabotear el proceso de paz en 2015 con los separatistas al organizar ejercicios militares en presencia de tropas extranjeras el año próximo, causa de "grave preocupación" en Moscú.
"Ucrania no prevé ninguna ofensiva militar" en el este, había aseverado el lunes el titular de Exteriores.
La tensión actual recuerda una crisis similar en abril, durante la que Rusia desplegó decenas de miles de soldados en la frontera ucraniana para "ejercicios militares" en respuesta a las actividades "amenazantes" de la OTAN.
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ed