Bogotá.— El gobierno de Colombia pidió perdón ayer por el brutal castigo policial que mató a un hombre el miércoles pasado, caso que desencadenó protestas que han dejado al menos 13 muertos, la mayoría baleados, en medio de denuncias sobre excesos de la fuerza pública.
Mientras, el patrullero Juan Camilo Lloreda Cubillos dijo: “Estoy tranqilo”. Él es uno de los patrulleros de la Policía implicados en la muerte de Javier Ordóñez, cuya necropsia muestra fuertes golpes en su rostro y cuerpo, adicionales a las ocho descargas de la pistola taser.
En un intento por aplacar las manifestaciones, las cuales fueron reprimidas violentamente, el ministro de Defensa, acompañado de los mandos policiales, expresó su “dolor e indignación” por la muerte de Javier Ordóñez.
“La policía nacional pide perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los miembros de la institución”, dijo el ministro Carlos Holmes Trujillo.
En Colombia, un país con un conflicto de más de seis décadas, la institución policial depende de la cartera de Defensa. El abogado de Ordóñez aseguró que los policías lo masacraron a golpes en el puesto policial donde lo llevaron tras someterlo.
El video en el que se le ve suplicando para que detengan los choques eléctricos, destapó la ira popular contra la policía, que arrastra denuncias de excesos desde las masivas protestas contra el gobierno en 2019 y que aumentaron durante la pandemia.
Entre miércoles y jueves de esta semana estallaron disturbios, enfrentamientos y una serie de ataques contra puestos de mando conocidos como CAI, en Bogotá, Medellín y Cali. Ayer estaban previstas nuevas protestas en la capital bajo el lema: “Nos están masacrando”, las cuales fueron convocadas en Whats- App. “No es un problema de ahora, es uno que hemos tenido siempre con las fuerzas de policía y con las militares. Aquí siempre se ha el exceso de fuerza”, declaró a la AFP José María Builes, de Bogotá.
En las protestas —que el gobierno vincula con un vandalismo coordinado— han muerto al menos 13 personas, en su mayoría jóvenes de entre 17 y 27 años que fueron baleados en Bogotá y alrededores.
Asimismo, las autoridades han informado sobre 209 civiles y 194 uniformados heridos, aunque sin precisar el número de policías atacados por bala, mientras que, según la alcaldía de Bogotá, 68 ciudadanos han sido alcanzados por los proyectiles.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, opositora del gobierno, aseguró tener pruebas del uso indiscriminado de la fuerza y armas de fuego por parte de algunos policías contra los manifestantes.
Mientras avanza la investigación penal sobre lo ocurrido en el caso Ordóñez, la policía abrió un proceso interno contra dos agentes “por el presunto delito de abuso de autoridad y de homicidio”, precisó Holmes Trujillo.
Además, “se ha tomado la determinación de suspender a cinco policías más” implicados en la agresión, de acuerdo con el ministro.
Según la Defensa, Ordóñez fue abordado por los agentes cuando iba con unos amigos a comprar alcohol en la noche. Lo persiguieron hasta la entrada del edificio donde vivía, lo golpearon “brutalmente” y le aplicaron las descargas eléctricas.
“Luego terminan con su acto criminal” en el puesto de policía, dijo el abogado Vadith Gómez a Blu Radio.
Juan Camilo Lloreda Cubillos dio su versión sobre el incidente al diario El Tiempo.
“Nos informaron de un hecho (...) motivo por el cual procedemos a trasladarnos a dicha dirección (...) Al llegar observamos una aglomeración de personas, quienes estaban discutiendo y un sujeto vestido todo de negro estaba agrediendo a una femenina”, dijo Lloreda Cubillos.
Y agregó que en lo reportado había información sobre “un ciudadano que vestía todo de negro y que era reincidente en el sector protagonizando riñas”. Ese testimonio también señala que los agentes fueron agredidos. El Tiempo menciona que la fiscalía ya tiene en sus manos evidencia clave que le permitirá tomar medidas.
***Con información de El Tiempo