Este jueves no hubo audiencia en el juicio, en Brooklyn, Nueva York, contra el ex secretario mexicano de Seguridad, , porque uno de los jurados tenía otro compromiso.

El juez Brian Cogan, que encabeza el proceso, suspendió la audiencia de hoy porque uno de los miembros del jurado solicitó ausentarse para ir a ver el partido entre los Knicks de Nueva York y los Celtics de Boston, una de las rivalidades más añejas de la NBA.

El juego es en el TD Garden de Boston, la capital de Massachusetts, que se encuentra a más de tres horas de distancia de la Corte del Distrito Este de .

El hombre explicó en su momento que era un fanático del baloncesto, mencionó Elías Camhaji, en El País.

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La Corte de Brooklyn no sesiona los viernes, por lo que el juicio contra García Luna se reanudará el 30 de enero.

La jueza Peggy Kuo seleccionó a siete mujeres y cinco hombres que integrarán el jurado, así como a seis suplentes.

Los 18 miembros están obligados a asistir cada día durante las ocho semanas que se estima dure el juicio, que sienta en el banquillo al funcionario mexicano de mayor rango que comparece ante la justicia estadounidense, acusado de cinco cargos, entre ellos narcotráfico, que le pueden llevar a pasar el resto de sus días en la cárcel.

Según un documento del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales, los suplentes para el jurado en las Cortes de Estados Unidos “ocuparán el lugar de aquellos que se enfermen durante el transcurso del periodo”.

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Además, según las normas, si alguien no cumple la citación para ser jurado "puede ser multado y/o encarcelado, o ambos". Sólo se puede faltar con previa autorización del Tribunal.

En esta primera semana, la Fiscalía comenzó a llamar a sus testigos. El primero y más contundente de los testigos ha sido el narco del Cártel de Sinaloa, ahora arrepentido, Sergio Villarreal Barragán, alias "El Grande", que aseguró haber presenciado el pago de sobornos a García Luna, por parte del capo Arturo Beltrán Leyva, líder de la facción sinaloense de los Hermanos Beltrán Leyva.

La defensa de García Luna se ha apegado a su estrategia de argumentar que la Fiscalía no posee ninguna "prueba" objetiva contra su cliente, como documentos, grabaciones o fotografías.

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asf/rcr

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