Madrid.— En un ambiente festivo, sonorizado por las consignas, los silbatos y las tamboradas, decenas de miles de mujeres se manifestaron en Madrid y otras ciudades españolas para exigir igualdad y condenar la violencia de género.
Con el lema “Con derechos. Sin barreras. Feministas sin fronteras”, figurando en la pancarta principal, mujeres de todas las edades y condiciones se incorporaron a la marcha para reivindicar sus derechos, acompañadas por un número significativo de hombres.
Lucieron muchas de ellas el color morado en sus prendas y recorrieron el trayecto que separa la glorieta de Atocha de la céntrica Plaza de España, haciendo del Día Internacional de la Mujer una jornada de jolgorio, llena de reclamos feministas que ponían el foco en las agresiones sexuales.
EL UNIVERSAL recabó el testimonio de varias de las participantes en la marcha del movimiento feminista, que se ha convertido en referencia mundial. “El problema es el abuso que recibimos por parte de muchas instituciones. Es necesario avanzar, sobre todo en la visibilidad, estamos muy a la cola en muchos ámbitos”, dijo Izaskun.
“Hay que empoderar a la mujer y tender hacia una igualdad real con los hombres. El principal problema es avanzar más en la parte laboral, donde la mujer es invisible, sobre todo cuando llega una época concreta de su vida con el tema de la conciliación familiar”, aseveró por su parte Tamara.
Violeta comentó: “Hay que llamar por su nombre a lo que es una violencia contra las mujeres y luego tomar medidas en la educación, porque hasta ahora son insuficientes. Siguen muriendo mujeres y no genera alarma social. La labor hay que realizarla desde los centros docentes”.
“Además de la violencia, la precarización de las mujeres en la vivienda, el empleo, las pensiones y el techo, el punto máximo es que nos están matando. No tenemos tantas víctimas o desaparecidas como en otros países latinoamericanos, pero somos conscientes de que sobre nosotras se ejerce también una violencia en todos los ámbitos. Que nuestras hijas y nietas no tengan que pasar por lo que estamos pasando”, dijo Ana.
Verónica agregó: “Hay menos participación que el año pasado; algo habrán influido el coronavirus, la amenaza de lluvia, que los mensajes feministas hayan sido menos unitarios”.
No obstante, el Covid-19 no logró amedrentar a las feministas que prescindieron de los cubrebocas para salir a las calles.
“No pasarán”; “Fuera el franquismo de nuestras aulas”; “Ni una menos”; “Aquí estamos las feministas”, fueron algunas de las consignas más gritadas en la manifestación, junto al polémico lema “Sola, borracha, quiero llegar a casa”, que coreó incluso la Ministra de Igualdad de Unidas Podemos, Irene Montero, quien encabezaba uno de los grupos que participó en una protesta que sumó 120 mil personas, cifra inferior a la de los dos últimos años.
A la manifestación se sumó un contingente de mexicanas que decidieron marchar separadas de los hombres, y que iban ataviadas con diademas florales, maquillaje de catrina y camisetas blancas manchadas de sangre y con el nombre de algunas de las víctimas de feminicidio en México, mientras gritaban consignas: “En México nos están matando” o “La que quiera romper ¡que rompa! la que quiera quemar ¡que queme! y la que no, ¡que no nos estorbe!”.
“Nos están matando en México. Todos los días 10 mujeres se están muriendo sólo por ser mujeres. Además de las mujeres perdidas de las que no se sabe nada. Estamos cansadas, estamos hasta la madre. Queremos que desde aquí se nos escuche. Porque estaremos lejos de casa, pero seguimos siendo mexicanas”, externó Cinthia, una de las organizadoras de la protesta y quien mandó un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador: “Por favor, declare la emergencia nacional. Estamos cansadas. Ayúdenos”.
En esta ocasión la mayoría de los colectivos decidieron no convocar una huelga para que no acabe institucionalizándose.