Transcurría la tercera noche de toque de queda en Chile y en Plaza Italia, lugar habitual de protestas sociales en la ciudad de Santiago, uno de sus edificios más emblemáticos se iluminó con un claro mensaje: "No estamos en guerra".
La frase se ha vuelto viral en redes sociales y se ha convertido en un ícono de estas protestas que se tomaron las calles de varias ciudades del país sudamericano desde el viernes, algunas con manifestaciones violentas (saqueos de supermercados y quema de diversos espacios públicos), pero también con demostraciones pacíficas a través de cacerolazos.
Pero ¿por qué centenares de chilenos han querido salir a aclarar que su país no está en guerra?
La respuesta tiene directa relación con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien, en la noche del domingo y tras las 36 horas más violentas ocurridas en Chile desde el retorno a la democracia, dijo:
"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite".
La expresión provocó un rechazo inmediato de líderes políticos, miembros de la sociedad civil y también de famosos, como las actrices Mariana di Girolamo e Ingrid Cruz.
Incluso el jefe de la Defensa Nacional, general Javier Iturriaga —quien está a cargo de la seguridad pública en Chile—, dijo: "La verdad es que no estoy en guerra con nadie".
Y aunque el representante del Ejército salió después a aclarar que su objetivo no era ir en contra del mandatario, lo cierto es que un mayoritario grupo de chilenos comenzó a publicar la icónica frase —"no estamos en guerra"— en sus redes sociales.
Una de ellas es Constanza Gaggero. La chilena explica que lo hizo porque sintió la necesidad de aclarar que su país no está siendo víctima de un conflicto bélico.
"Esto no es una guerra. Piñera no tendría por qué haber ocupado esa palabra. Lo único que hace es azuzar a las multitudes y al lumpen que solo hacen destrozos", le dice a BBC Mundo.
La chilena agrega que "no hay dos bandos luchando con miradas completamente distintas".
"Creo que, al contrario, esta sociedad pasiva y oprimida se liberó a raíz del tema del metro, pero salieron a la luz todas las desigualdades. Hay una sensación de que hay que repensar la manera en que se vive en Chile", dice.
En la noche del lunes, y a raíz de la controversia generada en Chile por la frase, el presidente Piñera bajó el tono de sus palabras.
"Sé que a veces he hablado duro contra esta violencia y delincuencia. Compréndanme compatriotas, lo hago porque me indigna ver el daño y dolor que esta violencia y delincuencia provoca", dijo.
Con ello, el mandatario intentó suavizar algo de su polémica expresión que terminó volviéndose en su contra y despertando, entre centenares de chilenos, una necesidad de aclarar que, en efecto, Chile no está en guerra.
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