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Henry Kissinger, exsecretario estadounidense de Estado, que el próximo 27 de mayo cumplirá 100 años, explicó a The Economist cómo evitar otra guerra mundial y le preocupa que “estamos en el camino hacia la confrontación de las grandes potencias”.
Abordó la guerra en Ucrania y la situación entre China y Estados Unidos, la inteligencia artificial y otros temas.
Sobre las potencias, dijo que “estamos en la clásica situación anterior a la Primera Guerra Mundial”, “donde ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que cualquier perturbación del equilibrio puede tener consecuencias catastróficas”. Al medio le mencionó que está convencido de que la única forma de evitar un conflicto ruinoso es una diplomacia realista, idealmente fortalecida por valores compartidos.
También contempló sus próximos dos libros, sobre inteligencia artificial ( IA ) y la naturaleza de las alianzas, y así sigue más interesado en mirar hacia adelante que en hurgar en el pasado.
"Dejar abierta la membresía de Ucrania en la OTAN fue muy equivocado"
Sobre la invasión rusa a Ucrania, mencionó: "Ciertamente fue un error de juicio catastrófico por parte de Putin al final”, pero Occidente no está exento de culpa. “Pensé que la decisión de… dejar abierta la membresía de Ucrania en la OTAN fue muy equivocado”.
Kissinger dijo a The Economist que espera que Rusia entregue la mayor cantidad posible del territorio que conquistó en 2014, pero la realidad es que en cualquier cese al fuego es probable que Rusia mantenga Sebastopol (la ciudad más grande de Crimea y la principal base naval de Rusia en el Mar Negro), como mínimo. Tal acuerdo, en el que Rusia pierde algunas ganancias pero retiene otras, podría dejar tanto a una Rusia como a una Ucrania insatisfechas.
“Lo que los europeos están diciendo ahora es, desde mi punto de vista, tremendamente peligroso”, indicó. “Porque los europeos están diciendo: 'No los queremos en la OTAN , porque son demasiado arriesgados. Y, por lo tanto, los armaremos muchísimo y les daremos las armas más avanzadas'”. Su conclusión fue contundente: “Ahora hemos armado a Ucrania hasta el punto en que será el país mejor armado y con menos recursos estratégicos”.
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Las soluciones para la paz en Europa
Para establecer una paz duradera en Europa, Occidente debe dar dos saltos de imaginación. El primero es que Ucrania se una a la OTAN, como un medio para restringirla y protegerla. El segundo es que Europa diseñe un acercamiento con Rusia, como una forma de crear una frontera oriental estable, declaró.
Tras la llamada del presidente chino, Xi Jinping, al mandatario ucraniano, Volodimir Zelensky, Kissinger cree que China puede estar posicionándose para mediar entre Rusia y Ucrania. Los chinos han entrado en la diplomacia sobre Ucrania como una expresión de su interés nacional, dijo Kissinger. Aunque se niegan a tolerar la destrucción de Rusia, reconocen que Ucrania debería seguir siendo un país independiente y han advertido contra el uso de armas nucleares. Incluso pueden aceptar el deseo de Ucrania de unirse a la OTAN.
Es comprensible que muchos países occidentales se resistan a uno u otro de esos objetivos. Con China involucrada, como aliada de Rusia y opositora de la OTAN, la tarea será aún más difícil. China tiene un interés primordial en que Rusia salga intacta de la guerra en Ucrania. Xi no solo tiene una asociación "sin límites" con Putin, sino que un colapso en Moscú preocuparía a China al crear un vacío de poder en Asia Central que corre el riesgo de ser llenado por una "guerra civil de tipo sirio", indicó.
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La tensión entre China y EU
En su opinión, el destino de la humanidad depende de si Estados Unidos y China pueden llevarse bien. Él cree que el rápido progreso de la inteligencia artificial, en particular, les deja sólo de cinco a 10 años para encontrar una manera.
Tiene un consejo para los aspirantes a líderes: “Identifiquen dónde se encuentran. Sin piedad. En ese espíritu, el punto de partida para evitar la guerra es analizar la creciente inquietud de China". A pesar de su reputación de ser conciliador con el gobierno de Beijing, reconoce que muchos pensadores chinos creen que Estados Unidos está en una pendiente descendente y que, “por lo tanto, como resultado de una evolución histórica, eventualmente nos suplantarán”, mencionó.
Kissinger también advirtió contra la mala interpretación de las ambiciones de China. En Washington, “dicen que China quiere dominar el mundo… La respuesta es que ellos [en China] quieren ser poderosos (...) No se dirigen a la dominación mundial en un sentido hitleriano”, agregó. “Así no es como piensan o nunca han pensado en el orden mundial”.
Kissinger ve el sistema chino como más confuciano que marxista. Eso enseña a los líderes chinos a alcanzar la máxima fuerza de la que su país es capaz y a buscar ser respetados por sus logros. Los líderes chinos quieren ser reconocidos como los jueces finales del sistema internacional de sus propios intereses. "Si lograran una superioridad que realmente se pueda usar, ¿la llevarían al punto de imponer la cultura china?". "No sé. Mi instinto es No… [Pero] creo que está en nuestra capacidad evitar que esa situación surja mediante una combinación de diplomacia y fuerza”.
La prueba urgente es cómo se comportan China y Estados Unidos con respecto a Taiwán. “No es un asunto sencillo para los Estados Unidos abandonar Taiwán sin socavar su posición en otros lugares”.
El segundo consejo de Kissinger para los aspirantes a líderes es: “Definir objetivos en los que puedan reclutar personas. Encuentre medios, medios descriptibles, para lograr estos objetivos”.
“En cualquier diplomacia de estabilidad, tiene que haber algún elemento del mundo del siglo XIX”, dijo. “Y el mundo del siglo XIX se basaba en la proposición de que la existencia de los Estados que lo disputaban no estaba en discusión”.
En lugar de atrincherarse, Estados Unidos tendrá que reconocer que China tiene intereses.
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Inteligencia artificial, factor clave en la seguridad
La segunda área en la que China y Estados Unidos deben hablar es la inteligencia artificial . “Estamos en el comienzo de una capacidad en la que las máquinas podrían imponer una pestilencia global u otras pandemias”, dijo, “no sólo nuclear sino cualquier campo de destrucción humana”.
Kissinger cree que la IA se convertirá en un factor clave en la seguridad dentro de cinco años. Compara su potencial disruptivo con la invención de la imprenta, que difundió ideas que contribuyeron a causar las devastadoras guerras de los siglos XVI y XVII.
“Tenemos que dar pequeños pasos hacia el control de armas, en el que cada lado presente al otro material controlable sobre sus capacidades”. Indicó que las negociaciones en sí mismas podrían ayudar a generar confianza mutua y la confianza que permite a las superpotencias practicar la moderación. El secreto son líderes lo suficientemente fuertes y sabios para entender que la inteligencia artificial no debe llevarse al límite.
Otro consejo de Kissinger para los aspirantes a líderes es “vincular todo esto a sus objetivos nacionales, sean cuales sean”. Para Estados Unidos, eso implica aprender a ser más pragmático, centrándose en las cualidades de liderazgo y, sobre todo, renovar la cultura política del país.
También mencionó: “Creo que es posible que puedas crear un orden mundial sobre la base de reglas a las que podrían unirse Europa, China e India, y eso ya es una buena parte de la humanidad. Entonces, si observa la practicidad de esto, puede terminar bien, o al menos puede terminar sin una catástrofe y podemos progresar”. Esa es la tarea de los líderes de las superpotencias de hoy, agregó.
Los líderes mundiales tienen una gran responsabilidad. Requieren realismo para hacer frente a los peligros que se avecinan, visión para ver que la solución pase por lograr un equilibrio entre las fuerzas de sus países y moderación para abstenerse de utilizar al máximo sus poderes ofensivos. “Es un desafío sin precedentes y una gran oportunidad”, declaró Kissinger.