Jerusalén.— El compromiso con la seguridad israelí, estrechar lazos con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), abordar la reconstrucción de Gaza y afianzar la reciente tregua entre Israel y milicias del enclave fueron las claves de la visita ayer a Jerusalén y Ramala del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que busca potenciar el papel de Estados Unidos en la región.
El jefe de la diplomacia estadounidense tuvo un intenso día de reuniones con las máximas autoridades israelíes y palestinas en las que apoyó un cese de hostilidades a largo plazo que evite otro estallido de violencia tras la escalada bélica de 11 días que terminó el pasado viernes y dejó 253 muertos en la Franja y 13 en Israel.
En un marcado cambio de tono en relación a la anterior administración de Donald Trump, Blinken mostró una posición más equilibrada hacia el conflicto palestino-israelí y reafirmó la posición de EU a favor a la solución clásica de dos Estados.
En esa línea, prometió reabrir un consulado para los palestinos en Jerusalén, tras el polémico traslado en 2018 por parte de Trump de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a la Ciudad Santa, y anunció más ayudas económicas de Estados Unidos para la población palestina.
Blinken insistió en la necesidad de construir sobre la tregua para “evitar el retorno de la violencia” y “abordar una larga lista de problemas y desafíos subyacentes”, según señaló durante una conferencia de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que se comprometió a recabar apoyo financiero internacional que se sumaría a las contribuciones directas de EU para la reconstrucción de Gaza.
“Creemos que palestinos e israelíes merecen vivir de forma segura para disfrutar de las mismas medidas de libertad, oportunidades y democracia”, agregó Blinken, quien destacó la necesidad de generar perspectivas de futuro para los palestinos de Gaza y Cisjordania y “fomentar un ambiente de mayor estabilidad”.
“Trabajaremos estrechamente con nuestros socios, con todos, para garantizar que Hamas no se beneficie de la ayuda a la reconstrucción”, dijo Blinken.
Netanyahu agradeció el apoyo de Estados Unidos en la última ola de violencia con las milicias de Gaza, pero advirtió que si “Hamas rompe la calma y ataca de nuevo”, la respuesta israelí “será muy fuerte”.
El jefe de la diplomacia estadounidense afirmó que, después del conflicto en Gaza y los disturbios en Cisjordania ocupada, queda “mucho trabajo” para “restaurar” la confianza entre israelíes y palestinos.
Después del alto el fuego, Estados Unidos expresó su apoyo a la “solución de dos Estados”, uno israelí y otro palestino, apoyada por la comunidad internacional, pero que la administración de Trump apartó de su agenda.
Netanyahu aprovechó la ocasión para expresar la oposición israelí a que su Ejecutivo vuelva al pacto nuclear de 2015 con Irán, a lo que Blinken respondió más tarde que ambos países “están absolutamente unidos” en el objetivo de que Teherán no adquiera “nunca” armas nucleares.
Tras reunirse también con otros cargos del gobierno en funciones israelíes, como su homólogo, Gabi Ashkenazi, o el titular de Defensa, Beny Gantz, Blinken puso rumbo a Ramalá, en Cisjordania ocupada, donde se encontró con el presidente palestino, Mahmoud Abbas.
El encuentro, que ejemplifica el retorno a la cordialidad entre EU y la ANP, Blinken se comprometió a “seguir adelante” con la reapertura del consulado para palestinos en Jerusalén, aunque no marcó una fecha concreta para ello.
Resaltó también la voluntad del gobierno estadounidense de Joe Biden de “reconstruir” los lazos con la ANP tras el mandato de Trump, con base en “el respeto mutuo”, y anunció que solicitará 75 millones de dólares al Congreso para aportar asistencia económica y humanitaria a los palestinos.
Además, prometió la entrega de 5.5 millones de dólares en ayuda inmediata para Gaza y 32 millones para la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), y aseguró buscar formas para proporcionar 1.5 millones de vacunas contra el Covid-19 a la ANP.
Según analistas, la visita a Abbas ilustra también la voluntad de EU y otros actores internacionales para reflotar a la ANP, su único interlocutor palestino válido al considerar a Hamas grupo terrorista, en horas bajas después de que el presidente cancelara comicios y ante una profunda falta de legitimidad que el movimiento islamista intenta capitalizar a su favor.
La ANP sólo gobierna sobre zonas reducidas de Cisjordania y no tiene control de Gaza, donde Hamas tiene el poder de facto. A su vez, en la escalada con Israel, tuvo una capacidad de interlocución residual y no pudo calmar tensiones con el grupo islamista, un papel que protagonizaron actores regionales como Egipto o Jordania.
Blinken seguirá hoy su visita a Medio Oriente con un viaje a El Cairo, donde se reunirá con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, para después viajar a Amán, donde tiene previsto mantener encuentros con el rey Abdala II de Jordania.
Mientras, las fuerzas israelíes mataron este martes a un palestino en Cisjordania. Y, la víspera, a un palestino de 17 años, autor de un ataque con cuchillo que dejó dos personas heridas en Jerusalén-Este, no lejos del vecindario palestino de Sheij Jarrah. Las tensiones en esta zona de Jerusalén-Este, la parte palestina de la Ciudad Santa ocupada y anexada por Israel, fueron la chispa que derivó el nuevo conflicto entre Israel y Hamas.