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Nueva York.— Miles de personas participaron ayer en ceremonias en Nueva York, en Washington y Shanksville, Pennsylvania, para recordar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dejaron casi 3 mil muertos.
“Hoy, todo Estados Unidos se une”, dijo el presidente, Donald Trump, quien participó junto con su esposa, Melania, en un evento en Shanksville. El tono solemne que usó en su discurso contrastó con su llegada a Pennsylvania, cuando las cámaras lo captaron sonriendo y levantando los puños al saludar a sus simpatizantes.
Muy temprano, causó polémica al dedicar su primer tuit del día a criticar a Rusia y posteriormente tuitear, entre signos de admiración: “¡17 años del 11 de Septiembre!”
En Shanksville, la pareja presidencial visitó el recién inaugurado monumento la Torre de las Voces, una estructura de casi 30 metros con 40 campanas que representan a cada una de las víctimas del vuelo 93 de United. “Este memorial es una mensaje para el mundo: Estados Unidos no va a ceder nunca, jamás, frente a la tiranía”, dijo Trump.
Según las autoridades estadounidenses, los pasajeros del vuelo que cubría la ruta Newark-San Francisco tomaron control del aparato, que había sido secuestrado, y lo derribaron para evitar que se dirigiera a Washington DC. Se cree que los secuestradores querían utilizar el avión para atacar el Capitolio.
El vicepresidente Mike Pence, por su parte, participó en una ceremonia en el Pentágono en Washington, donde fue estrellado otro avión por terroristas.
“Recordamos la valentía y el sacrificio de aquellos que cayeron aquí, en Estados Unidos, y luego en lejanos campos de batalla”, señaló el secretario de Defensa, Jim Mattis.
En el lugar murieron los 59 pasajeros y la tripulación a bordo del avión impactado, junto con otros 125 miembros del personal que trabajaban en el edificio del Pentágono.
En Nueva York se llevó a cabo la ceremonia más emotiva. En el lugar donde estaban las Torres Gemelas se emiten desde hace unos días dos haces de luz azules para recordar a las víctimas. Los familiares leyeron los nombres de los fallecidos.
“No es un día para hablar de política, es un tema de corazón; necesitamos estar unidos, es la única manera de enfrentar el dolor”, declaró Alice Greenwald, presidenta del memorial, al canal local New York 1.
Entre quienes asistieron al acto estuvieron el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo; la embajadora de EU ante Naciones Unidas, Nikki Haley, y el alcalde Bill de Blasio, junto con sus predecesores Michael Bloomberg y Rudy Giuliani, quien encabezaba el gobierno de la ciudad el día de los ataques.
En la ciudad, el artista brasileño Eduardo Kobra develó un mural de un bombero, con motivo del 17 aniversario de los atentados. La obra “The Braves of 9/11” (Los valientes del 11-S) muestra a un bombero cabizbajo con un casco y un hacha frente a la bandera estadounidense. El artista brasileño tiene previsto develar otros 15 murales en la ciudad hasta fines de octubre.
El ex presidente Barack Obama envió un mensaje en Twitter en el que escribió: “Nunca ningún acto terrorista va a poder cambiar lo que somos”.
Un signo de la magnitud de la devastación en la ciudad es que la estación de metro de Cortlandt Street, que quedó sepultada por los escombros, fue reabierta apenas el sábado pasado.
“WTC Cortlandt es más que una estación de metro”, afirmó Joe Lhota, presidente de la Autoridad de Transporte Metropolitano. “Es un símbolo de la determinación de los neoyorquinos a rehacer su vida”, concluyó.
Además de los muertos y heridos hace 17 años, miles de rescatistas, policías, obreros y residentes del Bajo Manha-ttan desarrollaron enfermedades mortales por el humo tóxico que emanó del lugar por meses.