La justicia española

retiró este martes la petición de extradición desde Bélgica del presidente catalán destituido , el independentista Carles Puigdemont , lo que da un nuevo giro en la crisis catalana que coincide con el lanzamiento de la campaña electoral en esa región .

Candidato para estos comicios, Puigdemont debe decidir ahora si se queda en Bélgica haciendo campaña por videoconferencia o vuelve a España, donde sigue pesando sobre él una orden de detención y algunos de sus compañeros se encuentran en prisión preventiva.

Desde el 27 de octubre, cuando el parlamento catalán declaró la independencia unilateralmente y el gobierno español de Mariano Rajoy respondió tomando el control de la región y convocando estos comicios, Cataluña vive con un ojo puesto en las elecciones y otro en los juzgados.

En una maniobra inesperada, el juez de instrucción Pablo Llarena del Tribunal Supremo decidió retirar la orden de detención europea emitida el 3 de noviembre contra Puigdemont y cuatro de sus ministros, todos ellos en Bélgica.

El magistrado argumenta la decisión en la intención manifestada por los cinco políticos independentistas de volver al país para asumir sus cargos de diputados regionales si salen elegidos en esos comicios.

Pero también explicó querer evitar el riesgo de que la justicia belga limitara los delitos imputables a Puigdemont y sus acompañantes, lo que generaría "una distorsión" respecto al resto de líderes independentistas investigados que se quedaron en España, cuatro de ellos en prisión preventiva.

Al gobierno cesado de Puigdemont se le investiga por rebelión, sedición y malversación de fondos públicos por impulsar el proceso de secesión que culminó en la fallida proclamación de una república independiente.

El cargo por rebelión, punible con hasta 30 años de cárcel y definido como el hecho de "levantarse violentamente y públicamente", generaba dudas y se especulaba que podía ser descartado por la justicia belga si aceptaba la extradición.

"Eso podía limitar la investigación e imagino que el juez quería evitar esto", afirmó el abogado penalista José María de Pablo a la AFP. "Hay un delito similar al de rebelión en Bélgica pero había dudas de que estuviera lo suficientemente tipificado", añadió.

El lunes, Puigdemont y sus compañeros comparecieron ante el juez belga que estudiaba su extradición. Este debía anunciar su decisión el 14 de diciembre.

La decisión del magistrado español busca "evitar recibir una bofetada de la justicia belga", dijo el abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, a la televisión pública catalana TV3.

Y sobre un posible regreso a España del líder independentista, afirmó que la decisión es toda suya: "sabe que si pone un pie en territorio español será automáticamente detenido".

La decisión coincide con el lanzamiento de la campaña para unas elecciones cruciales que el independentismo catalán afronta diezmado. Su plan de secesión unilateral fracasó y sus principales líderes están en la cárcel o el extranjero.

Doce de los trece miembros del gobierno catalán cesado son candidatos, pero sólo cinco pueden hacer campaña sobre el terreno después de que el juez Llarena permitiera salir el lunes a seis de los políticos presos.

Puigdemont, independentista de centroderecha, intervino por videoconferencia en el mitin inaugural el lunes a medianoche de su candidatura Juntos por Cataluña, que dejó una silla vacía con su nombre en el acto.

Su número dos en el gobierno destituido y ahora principal rival electoral, Oriol Junqueras, del partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), es uno de los cuatro independentistas todavía encarcelados.

"Nos quieren poner todas las dificultades posibles para que no podamos hacer la campaña en igualdad de condiciones", dijo Puigdemont.

La supuesta represión del gobierno español monopoliza los discursos de los independentistas que, por otro lado, no explican su plan de secesión una vez fracasada la vía unilateral y ven como la oposición les come terreno.

Las elecciones servirán para que "se entierre el proceso (secesionista) y se abra una nueva etapa para los catalanes", aseguró la líder de la oposición Inés Arrimadas, en el lanzamiento de la campaña de su partido Ciudadanos (centro).

Según un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los separatistas perderían la mayoría absoluta en la cámara catalana y empatarían en votos con los contrarios a la secesión.

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