El ministerio de Exteriores de España informó este miércoles que convocó al embajador venezolano en Madrid para mostrar su "rechazo" a las acusaciones del presidente Nicolás Maduro sobre la existencia de "represión" y "presos políticos" por la crisis en Cataluña .
El embajador Mario Isea fue convocado ante "las inaceptables declaraciones de ayer" de Maduro, indicó el comunicado de Exteriores, que dijo esperar que este tipo de palabras "cesen para así hacer posible una relación de respeto con Venezuela ".
El presidente venezolano acusó el martes en una rueda de prensa al gobierno español de Mariano Rajoy de no tener "moral" porque "reprimió al pueblo de Cataluña " y "que pone preso a uno de los líderes de la sociedad civil catalana, que tiene presos políticos, que persigue al pueblo de Cataluña".
Maduro se refiría a la encarcelación el lunes de dos influyentes líderes independentistas, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, imputados de sedición por la justicia española por liderar una multitudinaria concentración en Barcelona el 20 de septiembre que impidió la salida de policías que registraban un edificio del Gobierno catalán.
Autoridades catalanas los han descrito como presos políticos, pero el gobierno español afirma que en el país hay plena separación de poderes.
Esto ocurrió en el contexto de la crisis política por la apuesta independentista del gobierno catalán, resistida de plano por el Ejecutivo central, que estudia la posibilidad de suspender la autonomía de la región de 7.5 millones de habitantes.
El embajador Isea fue recibido la mañana del miércoles en el ministerio de Exteriores en Madrid por el director general para Iberoamérica, quien le trasmitió "el rechazo absoluto del gobierno español frente a estas declaraciones" de Maduro.
Ya el presidente venezolano , que suele dirigir duros epítetos contra Rajoy, había criticado la "represión brutal" durante el referéndum de autodeterminación realizado el 1 de octubre en Cataluña pese a la prohibición de la justicia, y que estuvo marcado por cargas policiales.
Caracas y Madrid han tenido habituales roces diplomáticos, agravados por la instalación de una Asamblea Constituyente que rige Venezuela como poder absoluto, y que España no reconoce.
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