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El asesinato del periodista eslovaco de 27 años, Jan Kuciak, cometido el último fin de semana de febrero, ha generado conmoción en Eslovaquia y el resto de la Unión Europea. A tal grado que el ministro del Interior y viceprimer Ministro, Robert Kalinak, dimitió ayer tras 10 años en el puesto, pues el partido Most-Hid, de la coalición del gobierno, lo exigió como condición para continuar en la administración.
“Dimito de mi puesto de ministro del Interior y de viceprimer ministro”, declaró Kalinak, quien añadió: “Creo que con este gesto contribuiré a la estabilización de la situación en Eslovaquia”.
El pasado 4 de marzo el presidente eslovaco, Andrej Kiska, declaró que la crisis que vive su país, a raíz del homicidio del periodista, sólo podrá ser superada con un cambio de gobierno o con elecciones anticipadas.
Tanto el portal en el que trabajaba Kuciak, aktuality.sk, como distintos medios del país publicaron, después de su muerte, los avances de la investigación donde el periodista revelaba la unión empresarial de María Troskova, la ex modelo y asistente del primer Ministro, Robert Fico, con Antonio Vadala, quien fungía como la cabeza de la mafia italiana en Eslovaquia.
Según los datos de Kuciak, en ese país la ‘Ndragueta cometía delitos como: fraude fiscal, acceso a importantes secretos de Estado y malversación de fondos de la Unión Europea.
El jefe de la policía del país, Tibor Gaspar, dijo que era probable que el crimen contra Kuciak y su novia, Martina Kusnirova quien también falleció, fuera motivado por la búsqueda de información que él realizaba.
El reportaje apuntaba a que Troskova aseguraba una línea de comunicación entre Fico y Vadala, aunque en ningún momento comenta que ella tuviera conocimiento de las relaciones del italiano con la mafia. El periodista recibió amenazas por investigar el caso días antes y las denunció en su cuenta de Facebook y a las autoridades correspondientes. La agencia EFE informó que su colega Pavla Holcova está bajo protección, pues también recibió estas amenazas.
Los cuerpos de Kuciak y su novia fueron hallados el 26 de febrero en su casa, a unos kilómetros de Bratislava, con balas en la cabeza y el tórax, reportó AFP. Al ser difundido el asesinato cientos de personas colocaron velas en las calles en su honor. El día 28 de febrero el ministro de cultura eslovaco, Marek Madarik, renunció a su puesto, aseguró que no podía aceptar que un periodista fuera asesinado.
Los días 2 y 9 de marzo se realizaron manifestaciones en Bratislava y otras ciudades eslovacas para exigir justicia y la dimisión de Fico. La Eurocámara pidió un minuto de silencio en honor al periodista y solicitó que la Europol sea parte de la investigación “para conseguir transparencia”.
Troskova y el diputado Vilam Jasan se retiraron de sus puestos el 28 de febrero para evitar más tensiones en el país. Mientras que Fico solicitó a la prensa que el asesinato no se convirtiera en un asunto político, pues él afirma que tanto su asistente como Jasan son inocentes y ofreció un millón de euros por la captura de los culpables.
arco de la investigación, el gobierno liberó por falta de pruebas el 3 de marzo a seis de los detenidos. El caso ha devuelto la tensión al país, que ya antes se había visto en pues no es la primera vez que el gobierno tiene escándalos relacionados con la corrupción que son revelados por la prensa.
Kuciak es el primer periodista asesinado en su país y el segundo en pocos meses en la UE, después de que la periodista de Malta, Daphne Caruana, fuera víctima de un atentado de coche bomba en octubre del 2017. Ella investigaba temas de corrupción y los publicaba en su blog personal.