.- El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, renunció afectado por un escándalo político tras la divulgación de conversaciones telefónicas que había mantenido con la viceministra de Relaciones Exteriores sobre un enredo diplomático por la concesión de un pasaporte a un cabecilla del narcotráfico que desató una crisis en el gobierno del presidente .

“Que se mande al frente [el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo] Maciel, vos perdé el celular. Estoy imaginando, viste, escenarios que no conozco, honestamente no conozco. Pero en diciembre o enero se te perdió el celular… Ahora vamos sorteando, hay que ir sorteando, ¿viste? Esto es paso a paso”, le dijo Bustillo a la vicecanciller Carolina Ache. La intención de perder el teléfono era para que no se vieran en la Justicia algunas conversaciones sobre la tramitación de ese pasaporte.

Ache debió renunciar por el escándalo del pasaporte, pero siempre se defendió de que no había hecho nada incorrecto, y eso fue a demostrar este miércoles ante el fiscal que investiga el caso. Sorprendió con la presentación de grabaciones de llamadas telefónicas con el canciller y capturas de pantallas de chats en teléfono con un asesor de comunicación de la presidencia.

La coalición opositora Frente Amplio se reunió de urgencia para alertar sobre el caso y anunciar que tomará acciones políticas en el Parlamento, mientras Lacalle Pou está en viaje a Washington.

En medio del escándalo, Bustillo renunció al cargo el miércoles. El diplomático tiene buenas relaciones con este gobierno y el anterior, porque había sido de confianza de los expresidentes Tabaré Vázquez y José Mujica, como embajador en la Argentina.

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Antecedentes

Bustillo, de 63 años, había asumido como canciller el 6 de julio de 2020 luego de una extensa carrera diplomática que se inició por un concurso de méritos con el que ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1986.

Luego desempeñó numerosos cargos en Montevideo y el exterior, como el de Director de Asuntos Institucionales y de Asuntos Económicos Bilaterales de la Cancillería, y la jefatura de gabinete del embajador Juan Raúl Ferreira Sienra en Buenos Aires.

Años más tarde fue embajador en la Argentina entre 2005 y 2010 y en España entre 2012 y 2020, hasta que asumió la cancillería.

Un narco detenido y la ayuda uruguaya

Esta historia comenzó hace dos años. El 10 de setiembre de 2021, el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset fue detenido en Dubái cuando intentaba salir hacia Turquía con un pasaporte paraguayo falsificado.

Un mes después la familia de Marset fue al consulado uruguayo en Dubái, con el apoyo de un abogado uruguayo que había iniciado en Montevideo un “trámite urgente” para la gestión de un pasaporte.

La Policía Científica estableció que Marset no tenía causas judiciales abiertas y que estaba habilitado para recibir el documento.

La diplomacia oriental confirmó identidad y huellas dactilares del detenido en Emiratos Árabes Unidos a la vez que consultaron a Interpol Uruguay si Marset tenía requisitoria. La respuesta fue negativa, por lo que confirmaron que todo estaba en regla.

La Policía de Control de Narcotráfico hizo consultas ante el Ministerio del Interior para conocer si seguía detenido en Dubái, lo que desencadenó una serie de confusiones, pero de todas maneras terminaron concediéndole el pasaporte. Marset fue liberado, viajó en enero de 2022, y desde entonces está prófugo.

En el gobierno se dieron explicaciones de que no había vía legal para negar el pasaporte, mientras que la oposición desató sus baterías para responsabilizar al gobierno de facilitar a un jefe narco la posibilidad de fugarse de la policía.

Aquella crisis política le costó el cargo a la entonces subsecretaria de Relaciones Exteriores, Ache, porque aparecía responsabilizada en algunas de las gestiones que facilitaron el pasaporte, luego de atender al abogado del narcotraficante, Alejandro Balbi.

La Fiscalía General de la Nación abrió un expediente por el cual debían declarar esta semana Ache y el canciller Bustillo.

Pero ella concurrió este miércoles con las grabaciones de las conversaciones telefónicas con Bustillo, en las que el canciller le sugiere que elimine evidencias de las conversaciones que mantuvo entonces con el viceministro Maciel y que pudieran incriminarla en el procedimiento del pasaporte.

“Aguantá. a ver si podemos enderezar esto porque es un desastre. Dejame que hable con (el director de Jurídica de Cancillería) Mata a ver si él tiene algún tipo de influencia sobre la tipa (supuestamente la fiscal), que por lo menos, viste, no guaranguee con las preguntas. Vos me dijiste que te mandó dos mails, que mande un tercero y que no sea tan incisiva. No sé. Que nos dé una salida para evitar dar los whatsapps”

Esos mensajes de chateo telefónico eran sobre la emisión de pasaporte. En la conversación se escucha que ella le dice que no es posible eliminarlos y el canciller le insiste: “Busquemos la vuelta, viste, para que no tengas que mandar eso. Porque ahí te dejan repegada al cohete, al cohete”.

Cuando salió de Fiscalía, Ache ratificó que no tenía responsabilidad en el caso y declaró: “Fui la única política de este gobierno que renunció y se fue para su casa, y paradójicamente no fue ni por haber hecho algo incorrecto ni por haber hecho algo ilegal. Todo lo contrario. Fue por no haber estado dispuesta a ocultarle comunicaciones a la Justicia y por haberme negado a cometer un delito”.

Lacalle no se ha pronunciado aún sobre el escándalo que hizo caer a Bustillo, quien mediante una carta que hizo pública la noche del miércoles, renunció. “Deseo manifestar que no hubo nada ilegal en la tramitación del pasaporte para el señor Marset, en cuya instancia tampoco tuve participación ni conocimiento alguno”

Y se ocupó de la exviceministra: “Tampoco mentí o me aparté de la verdad en la interpelación parlamentaria” que hubo por ese tema. Y agregó: “la doctora Ache descontextualizó conversaciones y obró de mala fe”.

Bustillo prepara su presentación ante Fiscalía para este viernes, mientras que en su carta de renuncia al cargo aclaró que está confiado en que actuó bien: “Las cosas no son como se las ha mostrado, pero resultan suficientemente sensibles como para haberle presentado la inmediata renuncia al presidente”.

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Reacción opositora

El Frente Amplio citó de urgencia a su Secretariado Ejecutivo ampliado y el presidente de la coalición de izquierda fue el vocero rodeado de senadores, diputados y otros dirigentes. “Hay que hacerse cargo de una circunstancia dolorosa para la República, dolorosa para nuestra institucionalidad”, dijo Fernando Pereira.

Sostuvo que “es un día muy triste para la historia del Uruguay” y que a la izquierda le “duele lo que está pasando en Uruguay”, porque considera que hay un “deterioro de la institucionalidad”.

Para el Frente Amplio el objetivo es que además del canciller caiga el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y que esto impacte negativamente en Lacalle Pou, que se mantiene con alta popularidad.

La encuestadora Equipos publicó este lunes la encuesta de octubre que mostró que la aprobación de gestión a Lacalle Pou aumentó de 46% a 48% y que la desaprobación se redujo de 33% a 32%, lo que le mantiene un saldo altamente positivo.

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