Minsk.— Decenas de miles de manifestantes salieron ayer a las calles de la capital de Bielorrusia para protestar por tercer fin de semana consecutivo contra la reelección del presidente Alexandr Lukashensko, pese al imponente despliegue de fuerzas del orden, que realizaron más de un centenar de detenciones.
El mandatario de 66 años, de los que ha pasado 26 en el poder, ha enfrentado protestas diarias desde las controvertidas presidenciales del 9 de agosto, en las que ganó con 80% de los votos, pero sus opositores denunciaron fraude electoral.
Los pasados 16 y 23 de agosto, la oposición logró concentrar casi 100 mil personas en las calles de la capital Minsk a pesar de las presiones y amenazas de las autoridades. Fueron las dos mayores manifestaciones en la historia del país.
“Mire cuántos somos. No les quedará más remedio que admitir que han perdido, y cuanto antes, mejor”, dice una joven manifestante reunida, junto con miles de personas, en la Plaza de la Independencia, en el centro de la capital, donde numerosos francotiradores de élite estaban instalados en el tejado del palacio de gobierno.
Algunos de los mensajes en las pancartas rezaban: “¡Sal, Sahsa! [diminutivo de Alexandr] ¡Vinimos a felicitarte!”, y “¡Feliz cumpleaños! ¿Te gusta nuestro regalo?”, este último debido a que el jefe del Ejecutivo cumplió años ayer.
“Todos aquí tenemos la misma exigencia, queremos sacar a Lukashenko y vivir en un país libre”, declaró Konstantin, un manifestante de 38 años.
Un consejero del presidente intentó hablar con los manifestantes, aunque rechazó cualquier mesa de diálogo con representantes de la oposición.
Junto a la Dirección de Correos y el hotel Minsk la policía arrestó a varios inconformes, todos hombres. En otro acto, de acuerdo con la vocera del Ministerio del Interior, Olga Chemodánova, después del inicio de la marcha, “una multitud se abalanzó contra un auto de la policía y lo dañó”, mientras que los agentes detuvieron a 125 manifestantes “por su participación en protestas masivas no autorizadas”. De este modo, las cifras del ministerio son de 140 arrestos.
De momento, según fuentes, la policía no tiene la orden de aprehender a mujeres. Las autoridades dijeron que investiga a unos 150 manifestantes por amenazas y hooliganismo.
Sin embargo, la policía no recurrió esta vez al uso de gases lacrimógenos, balas de goma o granadas de dispersión, como sí había hecho durante las primeras protestas tras las elecciones, aunque una vez que los manifestantes lograron romper el bloqueo policial llegaron siete blindados artillados con ametralladoras de grueso calibre.
El Metro cerró cuatro estaciones a fin de obstaculizar el acceso de los manifestantes al centro de Minsk: “Los trenes pasan sin detenerse”, informó la Dirección de Transporte del Metro en sue cuenta de Telegram.
Llamada con el Kremlin
Horas antes, el presidente bielorruso tuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin —el número de éstas se ha incrementado considerablemente durante las últimas semanas—, quien lo felicitó por su cumpleaños.
Esta llamada se efectuó días después de que Putin admitiera la semana pasada tener una reserva de uniformados dispuestos a intervenir en Bielorrusia a solicitud de Lukashenko en caso de emergencia, a quien el ruso considera presidente legítimo.
La rival en los comicios del mandatario, Sviatlana Tsikhanouskaya —quien huyó a Lituania después de las elecciones debido a preocupaciones sobre su seguridad— también mandó felicitarlo: “Deseo que supere sus miedos, mire la verdad a los ojos, escuche la voz de la gente y se vaya”, dijo a la agencia AP.
En un comunicado de prensa, el Kremlin dio a conocer que durante la conversación, Luka- shenko y Putin acordaron reunirse en Moscú en las próximas semanas, además de que reafirmaron su posición para fortalecer la alianza ruso-bielorrusa y ampliar la cooperación en beneficio mutuo en todas la áreas.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a la prensa local que no se ha fijado una fecha específica para el encuentro entre ambos jefes de Estado.