Ereván.— Armenia afirmó ayer que un caza turco derribó uno de sus aviones militares, lo que fue inmediatamente desmentido por Turquía y Azerbaiyán, en el tercer día de intensos combates en la región separatista de Nagorno Karabaj.

Desde el domingo, las fuerzas de este enclave separatista, apoyadas política, militar y económicamente por Armenia, y las de Azerbaiyán, que recibe el respaldo de Ankara, se enfrentan en los combates más mortíferos desde 2016.

El Consejo de Seguridad de la ONU reclamó un “cese inmediato de los combates” en la región de Nagorno Karabaj.

Más temprano, Armenia declaró que había perdido un avión de combate Su-25 y su piloto, derribados por un F-16 turco. El director de comunicación de la presidencia turca, Fahrettin Altun, calificó esta acusación de “completamente falsa” y exhortó a Ereván a retirarse de los “territorios ocupados”.

Tras tres días de combates en Nagorno Karabaj, el Kremlin pidió a Turquía que se abstenga de “echar más leña al fuego” y que trabaje por la paz en la región.

La víspera, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan había prometido que Ankara permanecería “al lado” de Bakú “por todos los medios”.

Vladimir Putin conversó con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, a petición de este último, y señaló “la necesidad urgente de un alto el fuego” y de “apaciguar la crisis”.

El balance oficial se elevaba a 97 muertos el martes: 80 soldados separatistas y 17 civiles: 12 en Azerbaiyán y cinco en lado armenio, aunque ambos bandos afirman que han matado a cientos de militares enemigos.

“No hay una sola prueba de una participación de Turquía en el conflicto”, insistió el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev. Azerbaiyán “restablecerá su integridad territorial”, había afirmado horas antes.

El ministro de Defensa de Armenia dijo que los separatistas habían destruido 49 drones, seis helicópteros, 80 tanques, un avión militar y 82 vehículos militares azerbaiyanos desde el domingo. Las autoridades de Nagorno Karabaj aseguran que han recuperado las posiciones perdidas el día anterior, lo que Azerbaiyán niega, afirmando que hicieron nuevos progresos y destruyeron “una columna motorizada armenia”.

Azerbaiyán, un país de habla turca con mayoría chiíta, exige el retorno bajo su control de Nagorno Karabaj, una provincia montañosa poblada principalmente por armenios cristianos, cuya secesión en 1991 no fue reconocida por la comunidad internacional. Tras semanas de retórica bélica, Bakú anunció el domingo que había lanzado una importante “contraofensiva” en respuesta a una “agresión” armenia, utilizando artillería, tanques y aviones en los ataques contra la provincia, que no controla desde la caída de la Unión Soviética y una guerra que se cobró 30 mil vidas. Rusia, Francia y EU pidieron sin éxito un alto el fuego y negociaciones. Rusia quiere ser el árbitro regional. Sin embargo, sigue estando más cerca de Armenia.

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