Atlanta.— La familia de Rayshard Brooks, el hombre de raza negra que murió el viernes a manos de la policía en Atlanta, Georgia, exigió ayer un cambio en las fuerzas de seguridad para acabar con la violencia policial contra los afrodescendiente, mientras miles de personas se sumaron a la Marcha por la justicia.
“No sólo estamos heridos, estamos enfadados”, dijo la sobrina de Brooks en una rueda de prensa en la que intervinieron varios familiares del fallecido. “¿Cuándo va a parar esto? No estamos pidiendo justicia, estamos pidiendo un cambio”, exigió la joven.
La viuda del fallecido, Tomika Miller, intervino con sus tres hijas para agradecer el apoyo recibido e instar a los manifestantes, que han salido a las calles para rechazar la violencia policial contra los afroestadounidense, a que lo hagan pacíficamente.
La manifestación de ayer en la ciudad transcurrió en calma. Coincidió con la reanudación del periodo legislativo en la Asamblea General de Georgia, suspendida desde marzo por la pandemia del coronavirus, y en medio de fuertes tensiones por los casos de brutalidad policial que han desencadenado protestas en el país.
Brooks, de 27 años, murió tras recibir dos disparos en la espalda accionados por un agente de la policía de Atlanta en el estacionamiento de un restaurante de comida rápida, luego de resistirse a ser detenido por supuestamente conducir ebrio.
El hecho dio nuevos bríos a las protestas contra la brutalidad policíal que se registran en Estados Unidos tras la muerte, el 25 de mayo, del afroestadounidense George Floyd a manos de la policía.
Derivado de este caso, en diversas ciudades se han decretado reformas policiales. En Nueva York, la unidad anticrimen, integrada por policías vestidos de civil, será desmantelada, tras las críticas que ha recibido por su mano dura.
Mientras tanto, en Tallahasse, Florida, la activista Oluwatoyin Toyin Salau, quien participó en las recientes marchas contra el racismo y la brutalidad policiaca en Tallahassee, la capital de Florida, fue hallada muerta tras ser reportada como desaparecida desde el pasado 6 de junio.
El cuerpo de Salau, de 19 años, fue hallado el sábado pasado junto al de otra mujer, Victoria Sims, de 75 años, al parecer también activista, detalló este lunes la policía de Tallahassee en un comunicado.
Salau había denunciado haber sido atacada por un hombre de raza negra, pero dijo que logró escapar. Un sospechoso fue arrestado.
Por su parte, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) abrió investigaciones por al menos dos casos de personas negras que han aparecido muertas, colgando de árboles, en los últimos días en diferentes puntos de Estados Unidos.
Una de estas presuntas víctimas fue Robert Fuller, de 24 años, quien fue encontrado colgado con una cuerda de un árbol la semana pasada cerca del Ayuntamiento de Palmdale, una ciudad a las afueras de Los Ángeles. La hipótesis que se manejó en un primer momento fue el suicidio, pero sus familiares y activistas han denunciado que eso es imposible y la causa oficial de su muerte no se ha hecho pública.
El caso hizo que otro reciente fallecimiento en circunstancias similares de un hombre negro, Malcolm Harsch, de 38 años, volviera a captar atención a nivel estatal y nacional. Harsch fue hallado el 31 de mayo presuntamente ahorcado con un cable USB de un árbol en Victorville, también en California. La familia rechaza la tesis de suicidio.