Nueva York.— Jeffrey Epstein, el magnate que enfrentaba cargos federales por tráfico sexual, murió ayer en un aparente suicidio en su celda, una fuente dijo que no estaba bajo supervisión para evitar que se quitara la vida y las víctimas dijeron estar “furiosas, porque no encarará a los sobrevivientes de sus abusos en la corte”.
El fiscal general de Estados Unidos, Bill Barr, dijo que estaba “horrorizado” al enterarse del fallecimiento y que ha instruido al inspector general del Departamento de Justicia indagar sus circunstancias. El FBI anunció más temprano que había abierto una investigación sobre la muerte del millonario que estaba recluido en en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. El narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán pasó más de dos años ahí antes de ser condenado y transferido a una prisión federal en Colorado.
“Epstein murió, pero falta que se haga justicia”, declaró Jennifer Araoz, después de conocer que el magnate fue hallado muerto.
Araoz afirmó que el magnate la captó fuera de su instituto a través de una persona asociada y que éste la violó a los 15 años. “Estoy furiosa. Jeffrey Epstein no enfrentará a los sobrevivientes de sus abusos en la corte”, dijo la joven.
“Tenemos que vivir con las cicatrices de sus actos por el resto de nuestras vidas, mientras él nunca enfrentará las consecuencias”, aseguró la mujer en un comunicado, de acuerdo con el New York Post.
Epstein, que fue arrestado el 6 de julio, se declaró no culpable de los cargos de tráfico sexual que involucran a docenas de niñas menores de 14 años, desde al menos 2002 y hasta 2005.
Según la acusación, Epstein invitaba a las menores, algunas de 14 años, a sus mansiones de Manha- ttan y Palm Beach, Florida, las persuadía para que le hicieran masajes que iban tornándose cada vez más sexuales, y “luego pagaba a las víctimas cientos de dólares en efectivo”. Los fiscales afirmaban que Epstein era “muy consciente de que muchas de las víctimas eran menores de edad”.
The New York Times y otros medios citaron a funcionarios asegurando que Epstein se había ahorcado. La oficina de medicina forense de la ciudad confirmó la muerte, pero no informó sobre la causa o la hora del fallecimiento.
Surgieron interrogantes sobre cómo fue posible que Epstein pudiera quitarse la vida a pesar de reportes de que había sido puesto bajo vigilancia tras un primer intento de suicidio. “Necesitamos respuestas, muchas”, declaró en la red social Twitter la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. Lee Plourde, vocero del Departamento de Justicia, dijo que el hombre no estaba bajo alguna vigilancia especial.
“Las cabezas deben rodar”. Ben Sasse, senador por Nebraska, le envió una carta al fiscal Barr en la que le demandó indagar la muerte del hombre. “Dado el previo intento de suicidio de Epstein, debió estar en una celda con vigilancia constante. Obviamente, las cabezas deben rodar”, aseguró el político.
El magnate, entre cuyos amigos están el presidente Donald Trump, el exmandatario Bill Clinton y el príncipe británico Andrew, había sido condenado anteriormente por pagar a jóvenes por masajes sexuales en su mansión de Palm Beach, pero logró evitar ser acusado penalmente por esos casos al firmar un controvertido acuerdo, bajo el cual se declaró culpable de un delito estatal de solicitar prostitución a una menor de edad y se registró como delincuente sexual. El mes pasado, Alex Acosta, secretario de Trabajo, renunció por ese caso.
“Prefería a niñas económicamente desfavorecidas”. Epstein parecía tener un ejército de reclutadoras, con frecuencia no mucho mayores que las víctimas, a las que se acercaban con sutileza y a quienes les presentaban al exprofesor de matemáticas como un benefactor. Epstein prefería “a niñas menores y económicamente desfavorecidas”, dijo el fiscal Geoffrey Berman.
El “pequeño libro negro” de Epstein, una especie de libreta de direcciones, llegó a incluir más de 100 nombres de mujeres de zonas donde tenía residencias, incluida París, reportó el Miami Herald. Personal del servicio doméstico, la secretaria de Epstein y las reclutadoras registraban las citas, las formas de transporte, algunas veces en aviones privados, y los pagos, según fuentes. En cada sesión las jóvenes debían estar desnudas y de forma casi fija incluían contactos sexuales.
Muchas dicen que intentaron rechazar a Epstein... a quien ahora ya no podrán enfrentar en la corte.