La niña de 10 años que quedó embarazada tras ser violada por su tío se recupera hoy después de que se le realizara un aborto en un hospital de Recife, en medio de protestas, jornadas de oración y la autorización de un juez para el procedimiento.
El domingo, el juez Antonio Moreira Fernandes, del Tribunal de Justicia del estado de Espírito Santo, determinó que "se realice el inmediato análisis médico con relación al procedimiento de mejor viabilidad para la preservación de la vida de la niña", ya fuera por "el aborto o interrupción de la gestación por medio de parto inmediato".
En Brasil , el aborto solo está permitido en casos de violación, si la gestante corre riesgo de vida o cuando el feto presenta anencefalia.
El procedimiento de aborto comenzó la noche del domingo en una maternidad pública de Recife, al que acudieron grupos católicos, y evangélicos, acompañados por legisladores que en sus redes sociales dieron a conocer detalles del caso y expresaron su rechazo al aborto. Algunos rezaban, otros coreaban consignas provida.
Una veintena de religiosos sostenían pancartas contra el aborto y recibieron al médico que trataría a la paciente bajo gritos de “asesino”.
“Vine alzar la voz y apoyar quienes militan por la vida, por el derecho de existir, de venir al mundo”, dijo a EFE el arquitecto Heitor Carvalho, quien agregó que “la vida es un valor innegociable”.
Algunos de los activistas incluso intentaron irrumpir en las instalaciones médicas, pero agentes de la policía impidieron y reforzaron la seguridad en el local.
“Algunos diputados y fundamentalistas intentaron invadir la maternidad, que es una maternidad de alto riesgo, llamando a la niña asesina”, denunció a EFE Carol Virgulino, quien preside la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Pernambuco.
El caso de la pequeña conmocionó al país y reabrió el debate sobre la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en el gigante suramericano, que cuenta con una de las legislaciones más duras del mundo.
“Ella está bien. Por la mañana empezó a tener contracciones uterinas y esperamos terminar hoy todo el proceso”, dijo el doctor Olímpio Moraes, director médico de la clínica donde está la menor, citado por medios brasileños.
El secretario de Salud estatal de Espírito Santo, Nésio Fernandes, denunció que “las redes fueron mal utilizadas por algunos actores más radicalizados”, que difundieron el viaje de la niña a Recife, su nombre y otros datos.
La Justicia de Espírito Santo ordenó a Google, Twitter y Facebook retirar, en el plazo de 24 horas, toda la información divulgada en esas redes sobre la niña.
La Justicia señaló que “la libertad de expresión no puede ejercerse sin responsabilidad y de manera irrazonable, ya que la mencionada Ley Mayor prohíbe la violación del derecho a la intimidad e imagen del menor”, señaló la cadena CNN Brasil.
La niña fue ingresada el domingo en un hospital de la ciudad de Vitória, la capital regional de Espírito Santo (sureste), para la interrupción del embarazo, pero tuvo que ser trasladada al estado de Pernambuco después de que un equipo médico rechazara realizar el procedimiento.
El caso salió a luz esta semana, cuando la pequeña acudió a un hospital de la localidad de Sao Mateus, en el sureste de Brasil, con fuertes dolores abdominales y reveló a los médicos que había sido violada por su tío, de 33 años y quien está prófugo de la Justicia.
Tras un examen de sangre, quedó comprobado el embarazo de cerca de tres meses de la niña, quien denunció que era víctima de recurrentes violaciones por parte de su tío desde que tenía 6 años de edad.
La pequeña relató además que nunca había contado nada sobre los abusos sufridos porque el hombre la amenazaba con hacer daño a su familia. La madre de la niña la abandonó y el padre está preso, por lo que estaba al cuidado de la abuela.
El pasado jueves, la Policía Civil acusó formalmente al tío de la víctima y la Justicia decretó su prisión preventiva, pero no fue posible hasta el momento dar con el paradero del sospechoso. Con información de agencias.
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