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San José.— El electorado sorprendió ayer al relegar al ultraderechista Javier Milei al segundo lugar en la carrera por la presidencia de Argentina y concederle un triunfo en primera ronda al oficialista e izquierdista Sergio Massa, para avanzar a la segunda y definitiva vuelta del 19 de noviembre próximo en un resultado que destrozó todos los pronósticos políticos.
En un proceso que mostró que funcionó el voto antiMilei, Massa venció ayer. Los conteos oficiales reportaron que, con más de 90% de las mesas escrutadas, Massa, de la oficialista Unión por la Patria y ministro de Economía de Argentina, triunfó con más de 36% de los sufragios y Milei, del opositor partido La Libertad Avanza, captó más de 30%. En tercer puesto, con 23%, y sin más opciones electorales, quedó la derechista Patricia Bullrich, de la opositora Juntos por el Cambio y respaldada, entre otras figuras, por Mauricio Macri, presidente de 2015 a 2019.
Para ganar ayer se requería 45% de los votos o 40%, con más de 10 puntos de diferencia sobre el segundo lugar. Las dos fórmulas que captaron más sufragios avanzaron a la segunda etapa, en la que se triunfará con mayoría simple.
Los otros candidatos, la izquierdista Myriam Bregman, del bloque opositor Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad, y el centro-izquierdista Juan Schiaretti, de la coalición Hacemos por Nuestro País, quedaron descartados desde antes del domingo. Schiaretti recibió 7% y Bregman 2.6%, según los resultados oficiales.
La victoria de Massa rompió las previsiones de que Milei ganaría y Argentina confirmaría el hartazgo mayoritario con las clases políticas tradicionales de América Latina y el Caribe. Milei irrumpió sorpresivamente en las elecciones primarias de agosto anterior y se colocó como figura a vencer.
Asiduo a un violento lenguaje de ruptura con las costumbres políticas y sin escatimar insultos, como tildar a su compatriota Jorge Bergoglio o papa Francisco de ser afín a los “comunistas asesinos”, de violar los mandamientos católicos por apoyar la justicia social y de imbécil, Milei se colocó en los últimos dos meses como favorito para llegar a la silla principal de la Casa Rosada, sede de la presidencia de Argentina.
Milei cumplió ayer 53 años y falló en su objetivo de celebrarlo con el triunfo sobre Bullrich y Massa.
Los dos candidatos clasificados a la segunda y definitiva ronda de noviembre disputarán la presidencia del país que es la tercera economía de América Latina y el Caribe, después de Brasil y México.
En la jornada final que se realizará dentro de menos de un mes, el oficialismo saldrá a tratar de confirmar la ventaja frente a un aspirante sorpresivo que parecía aglutinar la tendencia interamericana de rechazo al oficialismo, de izquierda o de derecha, que se evidenció en 2022 y en 2023 en otros procesos electorales.
El ganador en noviembre sucederá al izquierdista Alberto Fernández, gobernante de 2019 a 2024, y asumirá el 10 de diciembre venidero, cuando Argentina cumplirá 40 años del final de la dictadura militar derechista que gobernó de 1976 a 1983. La participación, de 77.67%, fue la segunda peor en el país desde el retorno a la democracia.
El abogado y excanciller peruano Miguel Ángel Rodríguez Mackay pronosticó que una victoria de Milei en noviembre parece complicada. “No todos los votos de Bullrich serán para Milei”, alegó Rodríguez en una análisis que envió a EL UNIVERSAL. “[Milei] es la negación de la política, pero es también la punición [castigo] de la política”, afirmó el analista e investigador independiente brasileño Leonardo Coutinho, presidente de Inbrain Consultants, consultora privada de Washington: “El voto a Milei es la encarnación del desencanto de los argentinos que sufren una de las crisis más profundas de su historia”, puntualizó Coutinho a este diario.
Un total de 35 millones 912 mil 841 argentinos podían acudir a votar por presidente y vicepresidente, 130 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado. Ningún partido tendrá mayoría en el Congreso, de acuerdo con los primeros resultados.