Devin Patrick Kelley, el hombre que disparó dentro de una iglesia el domingo en Shuterland Springs, Texas, dejando 26 muertos y casi 20 heridos, tenía un antepasado de violencia doméstica que, de acuerdo con las leyes estadounidenses, le debía haber impedido adquirir armas.
Entonces, ¿cómo fue que compró un fusil de asalto, con el que cometió la matanza, y dos pistolas, que fueron encontradas en su auto? Al parecer, por un error de la Fuerza Aérea estadounidense.
Una portavoz de esa fuerza informó el domingo que Kelley había servido de 2010 a 2014 como personal de logística, pero fue dado de baja. Hoy se supo que la baja fue deshonrosa y se debió a que agredió a su esposa y su hijo, por lo que pasó un año en prisión en 2014.
Ese antecedente es motivo suficiente para estar inscrito en el registro del FBI de personas con antepasados criminales. Esa base de datos es utilizada por los vendedores de armas autorizados para revisar los antecedentes de sus compradores.
La cadena minorista de artículos deportivos donde Kelley compró las armas ha dicho que el hombre pasó las revisiones de antecedentes en 2016 y 2017.
El hombre había presumido su rifle de asalto en Facebook.
lsm