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Los miembros más destacados de la realeza británica se reunieron el lunes en la Abadía de Westminster en su última reunión familiar pública antes de que el príncipe Enrique y su esposa Meghan se embarquen en un nuevo camino, libres de sus deberes oficiales.
En el Servicio del Commonwealth fue la primera vez que Enrique y Meghan ven a la reina Isabel, a su hermano mayor Guillermo y su esposa Catalina y a su padre el príncipe Carlos y su mujer Camila, desde que la pareja llegó a un acuerdo para retirarse de sus deberes reales en enero.
Meghan vestida de verde con un pequeño sombrero estilo beret ladeado y zapatos nude, Enrique con traje azul y corbata clara del mismo color, se sentaron en segunda fila.
Frente a ellos se situaron los pilares restantes de la realeza: la monarca de 93 años, el hermano mayor del príncipe, Guillermo, y su esposa Catalina, y el padre de ambos, Carlos, junto a Camila.
Enrique y Meghan
sonrieron y saludaron a Guillermo y Catalina cuando llegaron a la abadía. La pareja conversó y rió con su tío, el príncipe Eduardo, quien estaba sentado a su lado.
"Imagino que todos tendrán su mejor comportamiento. Pero Dios sabe qué estarán pensando de manera privada", dijo la biógrafa de la realeza Penny Junor a Reuters.
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El acuerdo de enero, que entra en vigencia a fines de mes, verá a la pareja, el duque y la duquesa de Sussex, buscar un "nuevo rol progresista", viviendo principalmente en América del Norte, donde apuntarán a autofinanciarse.
Enrique, de 35 años, y Meghan, de 38, dejarán de usar sus títulos de Alteza Real, no utilizarán la palabra "real" en su marca y Enrique, quien seguirá siendo un príncipe, renunciará a sus títulos militares.
Su anuncio hace dos meses de que querían retirarse de algunos de sus deberes reales conmocionó a la monarquía y llevó a una reunión de crisis entre la reina de 93 años, su hijo Carlos, Guillermo y Enrique que concluyó en que él y Meghan tendrían que renunciar a todas sus obligaciones reales.
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Desde entonces, la pareja ha pasado la mayor parte de su tiempo en Canadá, pero regresó a principios de marzo para una serie de compromisos de despedida. El bebé de Enrique y Meghan se ha quedado en Canadá .
El evento del lunes que conmemora el Día del Commonwealth fue su última aparición oficial y se da menos de dos años después de su deslumbrante casamiento en una lujosa ceremonia seguida por millones de personas.
"Nuestra esperanza era continuar sirviendo a la reina, a la Commonwealth y a mis asociaciones militares sin el financiamiento público. Tristemente eso no fue posible", dijo el príncipe, sexto en la línea de sucesión al trono, en un discurso en enero.
Los sondeos muestran que Enrique, hijo de la fallecida princesa Diana, es uno de los miembros más populares de la familia real y la pareja fue saludada con una ovación de pie en un evento el sábado.
Junor dijo que su partida será una enorme pérdida para la familia y la institución misma.
"Pensaba que había abrazado totalmente su destino como integrante de la familia real", dijo Junor a Reuters. "Reconoció qué podía hacer con su posición, el poder que tenía para cambiar las cosas para bien. Creo que extrañará esa habilidad para mejorar las vidas de las personas", agregó.
lsm