EL CAIRO.- Los combates se intensificaron en la provincia sudanesa de Darfur, devastada por la guerra, durante una frágil tregua de tres días entre los generales que luchan por el poder, y causaron la muerte de decenas de personas, reportaron residentes este jueves.
La tregua redujo los choques en la capital, Jartum, lo que permitió a los gobiernos extranjeros evacuar a miles de sus ciudadanos. Decenas de miles de sudaneses viajaron hasta las fronteras terrestres con Egipto, Chad y Etiopía, y a una ciudad portuaria en el Mar Rojo.
Los nuevos enfrentamientos en Darfur tuvieron como objetivo a la población civil de la capital, Geneina, indicaron los residentes, una zona que registra episodios periódicos de una violencia tribal brutal. Según los relatos, los combatientes, la mayoría vestidos con el uniforme de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el poderoso grupo paramilitar sudanés, atacaron varios vecindarios a primera hora del jueves, obligando a muchas familias a dejar sus casas.
“Los ataques vienen en todas las direcciones”, apuntó Amany, una residente en Geneina que pidió no ser identificada por su apellido por seguridad. “Todos están huyendo”.
Gran parte de la atención se ha centrado en los intensos combates en la capital, que incluyeron ataques aéreos, de artillería y con drones, desde que el ejército y las FAR comenzaron a pelear por las instituciones clave del gobierno y las bases miliares el 15 abril.
Los enfrentamientos han dejado a la población en una situación límite: la comida es cada vez más difícil de conseguir y hay cortes eléctricos en gran parte de la capital y en otras ciudades. En un país donde un tercio de sus 46 millones de habitantes dependía ya de la ayuda humanitaria, la mayoría de las asociaciones que prestaban esa ayuda han suspendido sus operaciones.
Pero ahora hay más indicios de que otras provincias remotas están siendo testigo también de una violencia letal.
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Los combates en Geneina se intensificaron por primera vez a principios de esta semana. Los residentes denunciaron saqueos generalizados y la destrucción de oficinas gubernamentales y complejos de ONGs en la ciudad, incluyendo recintos de Naciones Unidas y la sede de la Media Luna Roja sudanesa.
Adam Haroun, un activista político de Darfur Occidental, dijo que docenas de personas han muerto en la capital provincial en los últimos dos días; los combates “con armas ligeras y pesadas” han derivado ya en violencia tribal.
Hablando por teléfono desde el vecindario de Gamarek, en el oeste de la ciudad, Haroun dijo que los combatientes tribales recorrían las calles destruyendo y saqueando “todo lo que encuentran”. El principal mercado de Geneina que estaba operativo quedó totalmente destruido, agregó.
“Las batallas se están recrudeciendo ahora mismo”, apuntó mientras el sonido de los disparos eclipsaba su voz en algunos momentos. “Es una guerra de tierra quemada”.
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Volker Perthes, en enviado de la ONU para Sudán, indicó el miércoles en la noche que los enfrentamientos en Geneina se habían centrado en los civiles y corrían el riesgo de desencadenar un peligroso ciclo de violencia entre tribus rivales.
Mientras, residentes en Jartum reportaron tiroteos y explosiones en algunas partes de la ciudad e indicaron que los aviones de guerra del ejército bombardearon posiciones de las FAR en Kafouri, un barrio de lujo. El grupo paramilitar confirmó que su campamento en la zona fue bombardeado.
Además, crecía la presión internacional para que los generales lleguen a un acuerdo para la paz, aunque sea a corto plazo. La última oferta procedía del vecino Sudán del Sur, que se separó de Sudán en 2011 tras años de guerra civil.
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