El guía supremo de Irán, Ali Khamenei, rompió ayer su silencio y acusó a los “enemigos” de su país de unirse para dañar al régimen, en el sexto día de un gran movimiento de protesta que desde el jueves y hasta el momento ha dejado 21 muertos.
En su primera declaración desde el inicio de las protestas, Khamenei aseguró en la televisión oficial que “los enemigos [de Irán] se han unido y están usando todos sus medios, su dinero, sus armas, sus políticas y sus servicios de seguridad para crear problemas para el régimen islámico.
“El enemigo siempre está buscando una oportunidad y cualquier grieta para infiltrarse y golpear a la nación iraní”, añadió.
En un tuit, el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que “el pueblo de Irán está finalmente actuando contra el brutal y corrupto régimen iraní... La gente tiene poca comida, una gran inflación y no tiene derechos humanos”, agregó.
Bahram Ghassemi, responsable del ministerio de Relaciones Exteriores, le respondió ayer que “en lugar de perder el tiempo enviando tuits inútiles e insultantes contra los otros pueblos, [Trump] debería ocuparse de los problemas internos de su país”.
La embajadora estadounidense en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, dijo que Washington pedirá una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad sobre las protestas en Irán. “La ONU debe pronunciarse en los próximos días, llamaremos a una sesión de urgencia”, dijo la diplomática estadounidense.
La portavoz de Trump, Sarah Sanders, aseguró que “el régimen iraní financia con el bienestar de su pueblo la propagación de la violencia y el terrorismo en el extranjero”, aunque evitó responder específicamente si la Casa Blanca aspira a un cambio de régimen en Teherán.
Las protestas son un “levantamiento popular orgánico, organizado por valientes ciudadanos iraníes”, dijo Sanders. La comunidad internacional no puede contemplar pasivamente cuando los manifestantes son enfrentados con violencia, añadió. “Ciertamente, mantenemos abiertas nuestras opciones en términos de sanciones”, subrayó.
El presidente iraní, Hassan Rouhani, conversó por teléfono con su par francés, Emmanuel Macron, quien le expresó su “preocupación” por el “número de víctimas relacionadas con las manifestaciones” de los últimos días en Irán y llamó a “la prudencia y a la calma”, indicó la presidencia francesa.
Por su parte, Rouhani aseguró que su país es libre y democrático, pero que no se tolerarán disturbios ni desmanes violentos y se procederá contra ellos. Las fuerzas de seguridad iraníes detuvieron a 450 manifestantes desde el sábado en la capital.
En total, medios locales hablan de al menos mil detenidos en las diferentes ciudades iraníes.
Las autoridades de Irán han amenazado a los manifestantes antigubernamentales de acusarlos de delitos, algunos de ellos castigados con la pena de muerte. “Se acabó la broma”, advirtió a su vez el fiscal general iraní Mohamed Yafar Montazeri. Los manifestantes denuncian la corrupción de las autoridades y la carestía de la vida.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, lamentó la “inaceptable pérdida de vidas humanas” relacionadas con las protestas en Irán y pidió a “todas las partes implicadas” que se abstengan de “cualquier violencia”. “La manifestación pacífica y la libertad de expresión son derechos fundamentales que se aplican a todos los países e Irán no es una excepción”, añadió, recordando que la Unión Europea había estado “en contacto” con las autoridades iraníes en los últimos días.
El gobierno de Canadá también instó a “las autoridades iraníes a hacer respetar los derechos democráticos y humanos”.