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Madrid.— El independentista Jordi Turull, candidato formal a presidir Cataluña, fue encarcelado ayer junto a otros cuatro políticos acusados de rebeldía y malversación por proclamar la independencia catalana del pasado 27 de octubre. El juez también reactivó la orden internacional para detener a Carles Puigdemont.
El jueves, Turull perdió la votación parlamentaria para ser presidente de Cataluña. Hoy debía someterse a una segunda votación de resultado incierto, pero no será posible tras el ingreso en prisión del político de Junts Per Cataluña (JxCat, el partido de Puigdemont) junto a otros cuatro independentistas: la ex presidenta del parlamento, Carme Forcadell, y los ex consejeros Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa. Con ellos, son ya nueve los encarcelados de forma preventiva antes de que empiece el juicio.
Tras la decisión del juez, Turull publicó un tuit en el que llamó a los independentistas a “defender pacíficamente la democracia y la dignidad de Cataluña”. En respuesta, miles de personas se lanzaron a las calles, en protestas que terminaron en enfrentamientos con la policía y dejaron una veintena de heridos.
En su discurso de candidatura presidencial, el jueves, el político ofreció “una mano tendida” para reconducir el conflicto de Cataluña y le pidió el mismo gesto de buena voluntad a las instituciones españolas. Una de las responsables de que el juez ofreciera ayer a Turull justo lo contrario fue Marta Rovira, secretaria del otro gran partido independentista, Esquerra Republicana (ERC), quien se fugó a Suiza en lugar de presentarse en los tribunales, donde también estaba citada.
La escapada de Rovira, la séptima política catalana que huye de España para no enfrentarse con la justicia, abocó a la detención de los acusados que comparecieron ayer.
El juez instructor del caso, Pablo Llarena, dictaminó que existía un alto riesgo de fuga y reiteración delictiva. Los cinco políticos fueron trasladados a prisiones madrileñas, donde ya cumplieron un mes de cárcel en noviembre, al principio de la investigación.
La nueva ola de arrestos fue consecuencia de la entrada del proceso judicial en una segunda fase. Ayer el juez presentó cargos formales contra 25 personas y emitió órdenes de detención internacional contra todos los que huyeron, Puigdemont entre ellos.
Junto al ex presidente catalán y otros 11 ex consejeros, Turull fue acusado de rebelión, un delito que se pena con 30 años de cárcel. El juez argumentó que todos ellos sabían que se podía desatar el “fanatismo violento” cuando declararon la independencia de Cataluña.
Otros 12 políticos y activistas han sido acusados de malversación y desobediencia. Estos últimos sólo sufrirían una pena de multa e inhabilitación.
El Parlamento catalán debe decidir cómo desbloquea la situación. Turull es el tercer candidato que fracasa para ser elegido presidente. Primero fue Puigdemont, a quien la ley impide designar mientras siga huido en Bélgica; luego Jordi Sánchez, en prisión desde hace cuatro meses, y ahora Turull.
El presidente del parlamento catalán, Roger Torrent, anunció anoche que mantendrá el pleno de hoy, en el que se debía votar a Turull y, en su lugar, leerá una declaración “en defensa de los principios democráticos y los derechos civiles y políticos”.
Ahora los tres partidos independentistas, ganadores de las elecciones que convocó el pasado 20 de diciembre el presidente español, Mariano Rajoy, tras destituir al gobierno catalán rebelde, deben acordar un nuevo candidato. Si no alcanzan un pacto, se celebrarán elecciones otra vez este verano y, mientras tanto, la autonomía catalana continuará suspendida y las decisiones las seguirá tomando desde Madrid el gobierno de Rajoy.