Washington. A Mauricio Claver-Carone lo describen con frecuencia como el cerebro gris tras la estrategia estadounidense que hoy tiene contra las cuerdas al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Y sin duda lo es. De origen cubano, pero nacido en Florida, Claver-Carone lleva seis meses como asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental del presidente Donald Trump.

Desde entonces ha venido empujando una aproximación de “línea dura” contra Caracas que comenzó con el rápido reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino hace casi tres semanas y que ha dado paso a la imposición de severas sanciones económicas y el despliegue de enormes volúmenes de ayuda humanitaria que hoy está en la frontera con Colombia lista para ser entregada.

Claver-Carone recibió a este corresponsal en la Casa Blanca para una entrevista exclusiva con el Grupo de Diarios América (GDA)*.

En ella, el funcionario garantiza que la asistencia ingresará a Venezuela y habla de un “cerco humanitario” que terminará por doblegar al gobierno. Vuelve a insistir, también, en que todas las opciones están sobre la mesa y describe el actual momento como uno irreversible que solo concluye con la salida de Maduro del poder.

P. El presidente de Colombia, Iván Duque, viene la semana entrante a Washington para reunirse con Donald Trump. Supongo que el tema de Venezuela estará alto en la agenda.

R. Absolutamente. La relación entre Estados Unidos y Colombia tiene una larga historia, especialmente en lucha contra las drogas y el terrorismo y en ese sentido el tema de Venezuela es relevante porque el régimen de Maduro y sus secuaces son la causa de múltiples problemas de seguridad por su relación con grupos terroristas y con el narcotráfico. De eso hablarán, al igual que de la situación actual.

P. ¿Qué rol han jugado Colombia y Brasil en la resolución de esta crisis en Venezuela? Se lo pregunto porque ambos son gobiernos de derecha que acaban de ascender al poder y cuya postura ha sido más agresiva que la de sus antecesores.

R. Tanto Duque como Jair Bolsonaro han sido aliados claves de Estados Unidos en este tema. Sin el liderazgo de ellos estaríamos ante una situación muy diferente. Además son dos países que están sufriendo de primera mano la crisis de los refugiados y la crisis de seguridad en las fronteras. Están expuestos al mal manejo que ya lleva años en Venezuela y al apoyo a grupos terroristas de parte de Maduro y sus allegados.

P. La ayuda humanitaria que ustedes prometieron está llegando. Pero persiste el mismo dilema: ¿Cómo hacer que entre y les llegue a los que la necesitan si el gobierno de Maduro continúa bloqueándola?

R. Vamos a continuar llevando la ayuda y de hecho la vamos a incrementar. No sólo en Cúcuta [Colombia] sino alrededor de Venezuela en muchos puntos. La ayuda va a entrar. No es un tema de si podrá ingresar sino de cuándo. Y cuando eso pase estaremos listos para distribuirla de inmediato. Lo que hizo Maduro al poner esos obstáculos en el puente [fronterizo] ha sido un desastre desde el punto de vista de relaciones públicas porque está impidiendo que ingrese lo que más necesitan los venezolanos. Las mismas fuerzas armadas, sus miembros, son familias que necesitan esa ayuda.

P. ¿Qué está sugiriendo cuando dice que la ayuda terminará ingresando sí o sí?

R. No voy a entrar en detalles. Lo que sí le digo es que va a entrar y se lo digo porque estamos avanzando por un camino que es irreversible. No sólo Juan Guaidó tiene el apoyo en las calles sino que se están cerrando los espacios financieros a nivel internacional para este régimen. Cuando usted tiene a 30 personas bloqueando el ingreso de la comida y las medicinas que necesitan 30 millones, pues es una pelea perdida. Por eso digo que es cuestión de tiempo.

P. Hay gente en Washington que ya habla de establecer por la fuerza un corredor humanitario para entregar la ayuda si Maduro insiste en bloquearla. ¿Es algo en lo que están pensando?

R. No me corresponde entrar en detalles sobre estrategias. Lo que se viene ahora es que vamos a rodear a Venezuela con ayuda humanitaria. Es decir, una especie de cerco humanitario en el que estamos trabajando con Brasil, Colombia y el Caribe. Esa es la etapa en la que estamos ahora. Luego entraremos a otra etapa en la que definiremos qué hacer para que ingrese.

P. Ya van casi tres semanas desde que comenzó esta arremetida contra Maduro y aún sigue en el poder. ¿Tienen ya un plan B en caso de que no caiga y se atornille en la presidencia?

R. El camino por el que vamos es irreversible. No hay un solo escenario en el que Maduro y los que se aferran en el poder puedan gobernar en Venezuela y puedan sobrevivir a la crisis económica y social que ellos mismos crearon y que ahora se acentúa por las sanciones de Estados Unidos y la presión internacional de Europa y América Latina. El reconocimiento internacional de Guaidó sigue creciendo y eso también es irreversible. Lo misma pasa con la opinión pública. Según las encuestas, 85% de los venezolanos quiere que se vaya [Maduro] y eso no va a cambiar. Venezuela ya comenzó una transición constitucional pacífica y la pregunta ya no es si Maduro acepta esta realidad o no, sino de cuánto tiempo demorará en aceptarlo.

P. ¿Y qué pasa si Maduro decide convocar a elecciones presidenciales? ¿Ustedes apoyarían esa salida?

R. Maduro, como un ciudadano más de Venezuela, podría hacer esa oferta al gobierno interino. Pero esa es una decisión que le corresponde a Juan Guaidó, que es quien debe definir los términos de una elección. Nosotros no reconocemos a Maduro como presidente y desde nuestra perspectiva no tiene la autoridad para convocar nada.

P. El mundo entiende que cuando ustedes dicen que “todas las opciones están sobre la mesa” es porque también están considerando una salida militar a esta encrucijada. ¿Es así?

R. Eso es lo que ha dicho el presidente [Trump] y la frase habla por sí sola. No ayuda entrar en situaciones hipotéticas. Esto es un ejercicio que hacemos con seriedad todos los días y estamos listos para responder ante cualquier circunstancia.

P. La apuesta desde el comienzo ha sido tratar de que las fuerzas armadas le den la espalda a Maduro. ¿Por qué cree que aún no sucede, pese a las ofertas de amnistía que se les han hecho?

R. La apuesta es que todos acepten la transición pacífica y democrática que se ha presentado en Venezuela y eso incluye a los militares. Yo creo que las tropas ya tomaron esa decisión.
Hay individuos que quisieran tomar esa decisión, pero se quieren asegurar de que su futuro y el de sus familias esté seguro. Hemos dejado claro, y eso lo dijo el asesor [de Seguridad Nacional, John] Bolton esta semana, que los militares que acepten la transición no serán perseguidos por Estados Unidos. Nuestro negocio no es la venganza, ni los estamos buscando para cobrar cuentas. Lo que queremos ver es una transición democrática para que el país vuelva a ser próspero.

P. ¿Eso quiere decir que Estados Unidos incluso les perdonaría los cargos por narcotráfico y otros delitos que algunos puedan tener con la justicia de su país?

R. No podemos hablar por el sistema judicial [en Estados Unidos]. Pero cuando hemos designado a estas personas para sanciones a través del Departamento del Tesoro se entiende que lo que se busca es que cambien su comportamiento. Y si cambian el comportamiento entonces podemos considerar levantar esas sanciones financieras que fueron impuestos a través de órdenes ejecutivas.

P. Maduro les dio 30 días para evacuar el personal diplomático de Venezuela. ¿Piensan ustedes cumplir cuando expire ese plazo a finales de este semana que comienza?

R. Cuando Maduro habla lo hace un ciudadano más de Venezuela y no su presidente. Nuestras decisiones están basadas en lo que decida el gobierno de Juan Guaidó.

P. ¿Qué les dice usted a los países de Europa y algunos de la región que insisten en el diálogo y aún no respaldan la aproximación de Estados Unidos para solucionar esta crisis?

R. En realidad estamos hablando de una minorías de países, pues la gran mayoría ha reconocido al gobierno de Guaidó. Y a ellos les diría que acepten esta transición hacia la democracia y que apoyen a Guaidó. Que al no hacerlo se están quedado del lado de gente que está involucrada en actividades ilegales, que ha robado, que ha causado una crisis humanitaria masiva y que están en el lado incorrecto de la historia.

P. ¿No le preocupa que el activo rol que ha jugado Estados Unidos termine por revivir el fantasma del intervencionismo estadounidense en la región y termine fortaleciendo a movimientos de extrema izquierda?

R. La posición de Estados Unidos es la misma que la de la mayoría de países en la región y por eso no comparto esa presunción. Adicionalmente, la tendencia que se ve en la región es completamente opuesta. Los días del socialismo del siglo XXl están contados. El ALBA [Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que empujó Hugo Chávez] pende de un hilo. Y lo vimos en las elecciones recientes en El Salvador, donde la gente rechazó de manera categórica al candidato del [Frente] Farabundo Martí. Lo que vemos es una tendencia regional de apoyo a la democracia, a la prosperidad, a los mercados libres. Es una alianza que está creciendo, de la que estamos orgullosos de pertenecer y que ahora quiere ver un cambio democrático en Venezuela.

P. Este viernes circuló una historia de un avión que al parecer lleva varias semanas haciendo viajes entre Miami, Venezuela y Colombia y que, según Maduro, estaría transportando armas. Se lo pregunto de frente: ¿Está Estados Unidos armando a la oposición en Venezuela?

R. Estados Unidos ni estimula ni apoya este tipo de conducta por parte de particulares y no tenemos nada que ver con ello. Es más, le diría que a mí me parece que esto es fake news. Típica estrategia de rusos o cubanos para desinformar. No hay evidencias de nada.

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