Bruselas.- En medio de una crisis de precios sin precedentes y a un escalón de la recesión económica, la zona que utiliza el euro como moneda de circulación experimentará su séptima ampliación desde su introducción en manos de los europeos hace dos décadas.
A partir del 1 de enero, Croacia renuncia a la kuna, introducida luego de la violenta segregación de lo que un día fue la ex Yugoslavia, para incorporar las monedas y billetes en euro como la divisa de uso nacional.
Con ello Zagreb se convertirá en el veinteavo socio de la Unión Europea que adopta el más importante de los logros del proceso de construcción europea.
Unos 345 millones de europeos compartirán la misma moneada, sumando los casi 4 millones de nuevos usuarios croatas.
El mecanismo de tipos de cambio fijó la conversión en 7,53450 kunas por 1 euro, y desde el 5 de septiembre los comercios de la nación del mar Adriático exhiben los precios de los bienes y servicios en ambas divisas, para familiarizar al consumidor.
Tras la introducción, el periodo de doble circulación, es decir, en el que será posible pagar en efectivo tanto en kuna como en euros, durará hasta el 14 de enero. No hay fecha límite para que el Banco Nacional de Croacia acepte los kuna que lleguen a quedar bajo el colchón.
Croacia adopta la segunda moneda más usada a nivel mundial para operaciones de endeudamiento y préstamo, luego de que el Banco Central Europeo constatara el cumplimiento de los cuatro requisitos principales de adhesión: estabilidad de precios, sostenibilidad presupuestaria, un tipo de cambio sin mayores fluctuaciones y tipos de intereses a largo plazo por debajo del valor de referencia.
El gobierno croata ha defendido su apuesta en el euro asegurando que contribuirá a aumentar el nivel de vida, el empleo y los salarios, así como contribuirá a reducir el costo del financiamiento, los riesgos cambiarios y de tasas de interés.
En tanto que sus detractores afirman que se trata de un error que conducirá a una mayor escalada de precios. El disidente en el Bundestag, el diputado del grupo parlamentario de ultra derecha Alternativa para Alemania, Norbert Kleinwächter, advierte que Croacia terminará convirtiéndose en "la nueva Grecia".
Para la ex primera ministra croata Jadranka Kosor, el país de los Balcanes debió esperar. Señaló que el aplazamiento hubiera dado al gobierno capacidad de maniobra para librar los múltiples problemas económicos causados por la crisis energética, inflacionaria y de interrupción en las cadenas de suministro. La administración croata hubiera preservado el control interno sobre la política monetaria.
“Varios países de la UE aún no han adoptado el euro, no es el factor más crucial para la prosperidad, la economía y una vida mejor”, aseguró en su momento Kosor.
Desde un principio de la aventura monetaria, Dinamarca negoció una cláusula de exclusión voluntaria del euro, mientras que Suecia, por la vía del referéndum dijo “no” en 2003. Hungría, Polonia y República Checa no tienen planes inmediatos de adhesión, Rumania no ha calificado, mientras que Bulgaria no muestra progreso a pesar de que ingresó, junto con Croacia, al mecanismo de tipo de cambio en julio de 2020.
Además del euro, Croacia entrará el primer día del año al espacio de libre circulación de personas Schengen. A partir de la hora cero, suprimirá los controles de personas en las fronteras interiores terrestres y marítimas con los demás países del espacio. Los controles de las fronteras aéreas serán eliminados a partir del 26 de marzo.
El acervo además incluye la emisión de visados Schengen y el uso del Sistema de Información de dicho espacio migratorio. Bulgaria y Rumania, quienes tenían la ambición de ingresar al igual de Croacia, se quedaron fuera al no reunir las condiciones.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana.