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Washington.— La pandemia obligó a Joe Biden a que su campaña electoral fuera prácticamente digital, con muy pocos eventos al público y con capacidad extremadamente reducida: algo totalmente extraordinario, nunca visto. El coronavirus sigue más presente que nunca en la sociedad estadounidense y ahora se ha añadido el temor de ataques y violencia, tras el asalto al Congreso. En esta mezcla, hoy se celebra en Washington la toma de posesión de Joe Biden como presidente del país y será un acto extraño, sin público y bajo unas medidas de seguridad sin precedente.
“Esta investidura marca un nuevo capítulo para el pueblo estadounidense; uno de curación, de unidad, de unos Estados Unidos unidos”, dijo el presidente del comité organizador, Tony Allen. Es bajo ese lema, “Estados Unidos unidos” (America United), que se han organizado unas festividades únicas de marcado signo de cohesión social para solventar las crisis sociales profundas que vive el país.
El evento ha ido calentando motores en los días previos: desde el sábado se programaron conciertos y la fiesta se extenderá hasta esta noche. Todo con una presencia física “extremadamente limitada”, tanto por el coronavirus como por los temores de seguridad. “No me da miedo jurar el cargo en el exterior”, dijo Biden hace unos días. Sin embargo, toda precaución es poca: el viaje a Washington que iba a hacer en tren se canceló, y sus movimientos serán mínimos y bajo medidas de seguridad extremas. “La seguridad de los que participen en la investidura es de máxima importancia”, dijo el Servicio Secreto, al mando de las tareas de protección de la capital de EU durante estos días.
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Washington se ha convertido en un búnker: se han desplegado más de 25 mil efectivos de la Guardia Nacional —12 de ellos fueron removidos del acto de investidura, incluyendo dos por comentarios “inapropiados”—, se ha vallado el perímetro del centro, se ha instaurado una zona roja y una zona verde de vigilancia, con puntos de control militarizados. El centro de la ciudad se ha vaciado por completo, con escenas que recuerdan a las estampas clásicas de la Guerra Fría en Berlín.
“Dadas las excepcionales circunstancias que rodean la investidura, incluyendo la insurrección violenta y todo lo que envuelve la pandemia mortal de Covid-19, tomamos la decisión extraordinaria de animar a todos los estadounidenses a que no vengan a Washington y que participen del evento virtualmente”, dijeron la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, y los gobernadores de Maryland, Larry Hogan, y de Virginia, Ralph Northam, en un comunicado conjunto.
El país rebasó ayer los 400 mil decesos por coronavirus, el mismo día que Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, rindieron un homenaje en Washing-ton a los fallecidos por el virus. “A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, dijo Biden frente al estanque de la explanada de Washington iluminado con 400 velas para recordar a los fallecidos.
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“Nuestro objetivo es crear una investidura que mantenga a la gente segura, honre las grandes tradiciones de la presidencia y muestre la renovada visión de EU de la administración Biden-Harris, basada en una ciudadanía inclusiva, igualitaria y unificada”, dijo hace unos días Allen.
El acto central, la toma de posesión, será tradicional y contará con grandes nombres. El himno nacional lo cantará Lady Gaga, la actuación musical será de Jennifer López y la poeta Amanda Gorman, galardonada con el Premio de Poesía Joven, se encargará de leer unos versos.
Minutos antes del mediodía, la jueza Sonia Sotomayor, primera latina en el Supremo, tomará juramento a Harris como vicepresidenta, la primera mujer en llegar al cargo. En el punto exacto del mediodía será el turno para que Joseph Robinette Biden se convierta oficialmente, después de jurar proteger la Constitución de EU, en el presidente número 46 del país. No habrá decenas de miles de personas en la explanada del Capitolio: si en investiduras anteriores se entregaban hasta 200 mil boletos de invitación, esta vez serán más de mil, los justos para que asistan las principales autoridades del país y todos los congresistas con un acompañante. Se instaló, para representar a los estadounidenses que no podrán asistir, un “campo de banderas”, con 191 mil 500 estandartes de todo tamaño, estado y territorio del país.
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El que tampoco estará es Donald Trump, quien incluso en su despedida también romperá con las tradiciones: hacía más de un siglo y medio que un mandatario no asistía a la toma de posesión de su sucesor. “Ya está bien, que no haga acto de presencia”, decía hace unos días Biden, acusándolo de ser una “vergüenza para el país”. En representación del gobierno saliente estará el vicepresidente Mike Pence.
Trump parte temprano a Florida, tras un reducido acto de despedida de sus más cercanos. Ayer, Trump destacó que deja la Casa Blanca siendo “el primer presidente en décadas que no ha comenzado nuevas guerras (...) Esta semana inauguramos una nueva administración y rezamos por que tenga éxito en mantener a EU seguro y próspero. Hicimos lo que venimos a hacer y mucho más”, dijo en un mensaje de despedida por video. A la futura administración le deseó suerte, “una palabra muy importante”. Evitó mencionar a Biden por su nombre.
Se espera que el primer discurso de Biden como presidente de EU ponga el foco en su visión en cómo acabar con la pandemia, reconstruir la economía y unir el país de nuevo. Y aproveche, además, para romper de una forma rápida y contundente con los cuatro años de mandato de Trump.
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En los actos tradicionales se ha colado un acto nuevo, un gesto de unidad patriótica con el que Biden quiere empezar a curar las heridas del país: junto a tres de sus predecesores (Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton), hará una ofrenda en el cementerio de Arlington, en la Tumba del Soldado Desconocido, en honor a los militares fallecidos “en defensa de nuestros valores comunes”. Un símbolo que no será el único de todas las festividades: el lunes fue declarado Día de Servicio a la Comunidad, aprovechando el Día de Martin Luther King.
Las galas repartidas por toda la ciudad, que eran el fin de fiesta de este tipo de jornada histórica, se cancelaron. El comité organizador creó un especial televisivo, “Celebrando Estados Unidos”, en los que la música de grandes artistas, desde Bruce Springsteen hasta los Foo Fighters, pasando por John Legend o Justin Timberlake, actuarán en una gala presentada por los actores Tom Hanks, Eva Longoria y Kerry Washington.
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Biden está decidido a tomar las riendas del primer día, por lo que enviará hoy al Congreso su plan de reforma migratoria que incluye una vía de ocho años a la ciudadanía y la posibilidad para los jóvenes DACA de solicitarla de inmediato. En el Senado, tres senadores electos demócratas jurarán el cargo, con lo que la Cámara Alta quedará 50-50. Harris tendrá el voto decisivo en caso de empate en cualquier decisión.