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París. Si antes los políticos intentaban proyectar salud y buena forma física corriendo en parques, ahora deportes como el boxeo se han impuesto, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido el último en enfundarse los guantes.
El mandatario de 46 años fue fotografiado el miércoles golpeando un saco de boxeo, con los antebrazos hinchados, en imágenes publicadas en la cuenta de Instagram de su fotógrafa oficial Soazig de La Moissonnière.
Macron "es un tecnócrata que se atreve con el estilo populista, tratando de responder al [presidente ruso] Vladimir Putin en su propio terreno", dijo Philippe Moreau-Chevrolet, experto en comunicación política.
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La publicación de las imágenes llega semanas después de que Macron endureciera su postura sobre la invasión rusa de Ucrania y no descartara el envío de tropas para apoyar a su aliado ucraniano.
Putin ha tratado a menudo de proyectar su destreza física con combates de judo o boxeo, y plasmarla también en imágenes, como su famosa fotografía montado a caballo con el torso desnudo en 2009.
El presidente francés no es el primer líder que se pone los guantes.
Al otro lado del Atlántico, la victoria de Justin Trudeau contra un diputado conservador en un combate benéfico en 2012 pudo contribuir a que se alzara con el cargo de primer ministro canadiense tres años después.
Y, durante su victoriosa campaña electoral, el actual presidente argentino, el ultraliberal Javier Milei, apareció en 2023 en sus mitines con guantes de boxeo e incluso con una motosierra.
En Francia, los ciudadanos estaban más acostumbrados a ver al expresidente conservador Nicolas Sarkozy en chándal o en bicicleta de montaña, o al mandatario de los años setenta Valéry Giscard d'Estaing jugando al fútbol o esquiando.
"El boxeo es bastante compatible con el ejercicio del poder del Estado", explica Moreau-Chevrolet, para quien, "como ocurre a menudo con Macron, también se trata de una imagen muy teatral de un héroe que vence al sufrimiento".
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El boxeo cuenta con numerosos acólitos en la clase política francesa y el exprimer ministro de Macron, Edouard Philippe, es un apasionado a este deporte, que le enseñó a "superar el miedo en situaciones aterradoras".
Las mujeres políticas conservadoras también se han subido al cuadrilátero en Francia como Valérie Pécresse y Rachida Dati, actual ministra de Cultura.
"Aunque la gente pueda pensar que es un deporte extraño para una mujer, proyecta la imagen de luchadora", declaró Pécresse al semanario Le Point.
Pero las imágenes de Macron no convencieron a toda la clase política. En la red social X, la diputada ecofeminista Sandrine Rousseau lamentó unos "códigos masculinistas utilizados en exceso".
Pero recurrir a deportes físicos no siempre ha sentado bien a los políticos.
El británico Boris Johnson, fotografiado en el pasado con guantes rojos de boxeo, derribó violentamente en 2015 a un aficionado japonés de rugby de 10 años mientras jugaba durante una visita a Tokio.
Pero el número de seguidores entre los votantes hace que los dirigentes no tiren la toalla.
En Francia, la federación nacional de boxeo superó en abril de 2023 por primera vez los 60 mil miembros, más del doble que en 2021, un año marcado aún por la pandemia de covid.
El boxeo también pasó de ser un deporte de la clase obrera, amado en su día por el Partido Comunista francés, a uno de la clase media, con gimnasios en ciudades ricas como París.
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