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“Los héroes esta vez son personas de todo el mundo”, dijo Narongsak Osottanakorn, jefe de la operación de rescate en Tailandia, sobre el equipo internacional que ayudó a sacar a 12 niños de un equipo de futbol y a su entrenador de la cueva donde estaban atrapados. Pero, ¿quiénes son?
Se trata de buzos, ingenieros, médicos y personal que jugaron un papel crucial, incluyendo el médico australiano Richard Harris, quien el sábado dio luz verde para iniciar una operación de rescate, en la que participaron directamente 18 buzos, 13 de ellos extranjeros y cinco de la Marina tailandesa.
En el grupo también están los dos buzos británicos que fueron los que encontraron al equipo el pasado 2 de julio. Se trata de Richard Stanton y su compañero John Volanthen, reconocido por ser la voz que en el primer video grabado de los niños les pregunta: “¿Cuántos son?”.
Stanton, de 57 años y ex bombero, ayudó en 2004 a rescatar a seis soldados británicos que quedaron atrapados en la caverna de Al Pazat, en Cuetzalan, Puebla. Hasta ahora, él mencionaba ese rescate como su “más grande logro”. Se le considera uno de los mejores buzos británicos de cuevas.
En el rescate tailandés participaron también el buzo belga Ben Reymenants; el danés Claus Rasmussen, quien lleva años viviendo en Tailandia; el finlandés Mikko Paasi, cofundador de un centro de buceo en la isla tailandesa de Koh Tao junto con el danés Ivan Karadzic, quien también se unió a la operación. Karadzic describió a los niños como “increíblemente fuertes”. Otro de los participantes es el canadiense Erik Brown, instructor técnico en buceo en Vancouver y cofundador de Team Blue Immersion, escuela de buceo técnico en Egipto.
Sin embargo, quizá uno de los buzos más recordados de la misión será el suboficial Saman Gunan, de 37 años, buzo retirado de la Marina tailandesa que trabajaba en la empresa Airports of Thailand como oficial de seguridad pero que al enterarse de lo ocurrido a los niños se ofreció como voluntario. Murió a su regreso de una operación en la que llevaba bombonas de oxígeno. Tres miembros de la Marina tailandesa y un doctor fueron los últimos en salir ayer de una misión de rescate que parecía imposible pero que, al final, se hizo realidad gracias al esfuerzo de más de mil personas.