acudirá este domingo a elecciones presidenciales y legislativas en una jornada política con la oposición como favorita para derrotar al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y arrebatarle el Poder Ejecutivo tras 16 años consecutivos de dominio.

Con estas votaciones, el país caribeño se convertirá en el segundo de América y en el primero hispanoparlante del continente en realizar comicios en época del coronavirus para escoger a las más importantes autoridades nacionales.

Con seis candidatos, tres acapararon la contienda: el empresario Gonzalo Castillo, del centro—izquierdista PLD, el economista Luis Abinader , del opositor y centro—derechista Partido Revolucionario Moderno (PRM), y el ex presidente Leonel Fernández, ahora de la opositora Fuerza del Pueblo (FP) tras romper con el PLD que le llevó a la presidencia de 1986 a 1990 y de 2004 a 2012.

Sin descartar sorpresas, diversas encuestas pronosticaron que Abinader ganaría en primera ronda y desalojará al PLD del Palacio Nacional de Santo Domingo.

“El PLD se dividió precisamente cuando tenía el poder”, dijo el politólogo dominicano Matías Bosch, profesor universitario y nieto de uno de los más influyentes personajes de América Latina y El Caribe en el siglo XX: el fallecido expresidente dominicano Juan Bosch (1909—2001), fundador del PLD en 1973.

“Estas elecciones ocurren luego de una erosión muy importante de las estructuras que históricamente, en los últimos 50 años, organizaron y representaron políticamente a la ciudadanía dominicana”, explicó Bosch a EL UNIVERSAL.

Al subrayar que la escisión del PLD ocurrió por pujas entre sus jerarcas principales, Fernández y el actual presidente de República Dominicana, Danilo Medina, Bosch afirmó que las denuncias de corrupción atizaron la fractura en el PLD y “erosionaron su credibilidad”.

La batalla dominicana de este domingo se hará con la sombra de las denuncias de un fraude en las votaciones de 2016 para la reelección de Medina. La controversia agravó el panorama de gobernabilidad, aunque el gobernante negó la acusación en su contra.

“El principal desafío es que el partido de gobierno acepte los resultados de que ganó la oposición a nivel presidencial como establecen las encuestas”, alertó el abogado y politólogo dominicano Guillermo Peña, coordinador para República Dominicana del (no estatal) programa internacional Crimjust, de promoción de la justicia penal.

Peña anticipó que habrá una elevada abstención por impacto de la crisis sanitaria.

Cargos a elegir. Más de 7,5 millones de dominicanos podrán acudir a las urnas en la primera vuelta para elegir presidente y vicepresidente, 32 senadores y 190 diputados al Congreso de la República y 20 escaños para el Parlamento Centroamericano.

Si ninguno de los candidatos presidenciales recibe más del 50% de los sufragios válidos, los dominicanos deberán asistir a una segunda consulta que está programada para el último domingo de este mes, pero solo con la participación de los dos que obtuvieron más cantidad de votos en la primera.

En un panorama enrarecido por la pandemia y por los temores de fraude, compra de votos y otras irregularidades y sin que se descarten sorpresas con el fantasma de la corrupción política como protagonista clave de la pugna, los dominicanos tendrán que enrumbarse por alguna de tres vías posibles en un día crucial de su turbulenta historia.

Por un lado, otorgar una contundente victoria en primera vuelta a alguno de los cinco candidatos de la oposición sin necesidad de tener que regresar el próximo 26 de julio a las urnas.

Por otro, decidir que la pelea tendrá que dilucidarse en la fase siguiente entre los dos candidatos que en la primera reciban más votos y alargar la competencia con la eventualidad de que el aspirante del oficialismo consiga avanzar a esa etapa y mantener todavía una posibilidad de triunfo.

Por último, y en lo que parecería como la ruta más remota, llevar al oficialismo a ganar este domingo y prolongar el control del gobierno que logró desde 2004, primero con dos mandatos consecutivos de Fernández, que finalizaron en 2012, y luego con dos seguidos de Medina, que concluirán el 12 de agosto venidero.

El ganador asumirá ese día para una gestión de cuatro años en reemplazo de Medina. El cuerpo legislativo también iniciará su periodo en esa fecha.

Los comicios debieron efectuarse el pasado 17 de mayo, pero la crisis mundial por el Covid—19 obligó a ser postergados por la Junta Central Electoral (JCE), institución responsable de conducir el proceso.

Las primeras elecciones en tiempo de coronavirus en América se llevaron a cabo el 25 de mayo anterior en Surinam, una ex colonia del Reino de los Países Bajos en el norte de América del Sur, aunque bajo la modalidad de votación indirecta. Los surinameses eligieron a los 51 puestos que integran la Asamblea Nacional y con la tarea de escoger al presidente que gobernará, también a partir del 12 de agosto y de 2020 a 2025.

asgs

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