La senadora Kamala Harris hará historia cuando asuma como la primera vicepresidenta de Estados Unidos en enero, pero no es la única mujer negra que ha sobresalido en el vibrante ciclo electoral que está viviendo ese país.
En su primer discurso tras la victoria electoral demócrata, la primera mujer negra y de ascendencia asiática en convertirse en vicepresidenta electa de Estados Unidos reconoció la labor de un grupo en particular: mujeres pertenecientes a minorías.
La senadora Harris exclamó: "Estoy pensando en las generaciones de mujeres que lucharon y se sacrificaron tanto por la igualdad, la libertad y justicia para todos, incluidas las mujeres negras que a menudo son ignoradas, pero también a menudo prueban que son la columna vertebral de nuestra democracia".
A las afueras de Atlanta, la capital del estado de Georgia, miembros de la familia Hunt lloraban mientras escuchaban el discurso de Harris el sábado por la noche.
"Georgia es azul ahora [por el color del Partido Demócrata], algo que cambia la vida del estado y de los residentes, especialmente de los residentes negros que viven aquí", le dijo Kristin Hunt, de 27 años, a la periodista de la BBC en Atlanta Chelsea Bailey.
"Esto se debe a Stacey Abrams y muchas otras mujeres negras que están en el terreno y trabajan con organizaciones de base para inscribir votantes y demostrar por qué nuestro voto importa".
El nombre de Stacey Abrams surge cada vez que se habla de lo sucedido en Georgia, un estado que desde hace más de dos décadas no elegía a un candidato demócrata y que ahora tiene a Joe Biden con una ventaja de más de 14.000 votos sobre Donald Trump.
En este sentido, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, ordenó este miércoles el recuento manual de todos los votos.
"Con un margen tan estrecho, tendremos que hacer un recuento manual y completo en cada condado", anunció Raffensperger en una rueda de prensa.
Políticos y celebridades, desde la actriz Viola Davis, el jugador de baloncesto LeBron James o la excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton, han reconocido la importancia de su trabajo para movilizar a los votantes.
También se pronunció Alexandria Ocasio-Cortez, representante del ala más progresista del Partido Demócrata: "Es un ejemplo de lo crucial que es acercarse a las comunidades. Esta es la manera tradicional de hacer política, que tantas veces cae sacrificada ante las negociaciones en los pasillos".
El camino de Joe Biden hacia la Casa Blanca ha dependido del apoyo fundamental de la comunidad afroestadounidense.
La periodista de la BBC recuerda que fueron los votantes negros quienes le dieron la victoria a Biden en las primarias de Carolina del Sur, lo que le dio impulso crucial para ganar la nominación del partido.
El demócrata ganó Pensilvania, y finalmente la elección, gracias en gran parte al abrumador apoyo de votantes negros en ciudades como Filadelfia y Pittsburgh.
Pero cuando les preguntas a los residentes de estas ciudades quién ayudó realmente a Biden a ganar la elección muchos darán el crédito a mujeres negras en sus comunidades.
Mujeres como Kruzshander Scott, una activista en Jacksonville, Florida, que le contó a la BBC que recibió amenazas y tuvo que contar con seguridad adicional en las últimas semanas por su trabajo para movilizar a votantes en su comunidad históricamente negra.
En Georgia, los elogios a Stacey Abrams son prácticamente universales entre los demócratas.
El nombre de Abrams, una de las estrellas emergentes del Partido Demócrata, se barajó como posible candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, un puesto que finalmente recayó en Kamala Harris.
Ferviente activista contra la supresión del voto, esta abogada y política de 46 años creció en Misisipi antes de trasladarse con su familia a Georgia.
Allí se graduó de la preparatoria con las calificaciones más altas de su clase y fue invitada a la casa del gobernador del estado por su excelente desempeño en la escuela.
Al llegar a la mansión, el guardia de seguridad inicialmente no le permitió la entrada.
Finalmente pudo entrar, pero Abrams relata que ese incidente fue el detonante que impulsó y marcó su carrera política.
Fue líder de la minoría en la Cámara de Representantes de Georgia y fundó el New Georgia Project, una organización no lucrativa que inscribió a unos 100.000 nuevos votantes.
De ahí pasó a fundar Fair Fight Action, un grupo destinado a combatir la supresión del voto.
Desde entonces, su red, con sede en Atlanta, ha crecido exponencialmente e incluye un SuperPAC, un Comité de Acción Política cuyo objetivo es conseguir fondos para la campaña de un determinado candidato.
Dicho SuperPAC recaudó más de US$33 millones este ciclo electoral, un dinero que utilizó para apoyar las campañas de políticos demócratas, también de otros estados, particularmente en el sur.
Entre los donantes a sus organizaciones están sindicatos y figuras como el exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg, que también aspiró a la nominación demócrata para estas elecciones.
"Realmente puso el foco en Georgia, convenció a la gente que necesitaba ser convencida de que aquí había espacio, que había votantes y que este lugar podía ser competitivo si la gente le dedicaba tiempo, dinero y esfuerzo a ello", señaló la senadora demócrata estatal Jen Jordan.
Paradójicamente, este activismo y compromiso con el derecho al voto se vio reforzado por una dolorosa derrota.
En 2018, Abrams hizo historia al convertirse en la primera mujer afroestadounidense en aspirar al cargo de gobernadora en Estados Unidos.
Su rival republicano era el entonces secretario de Estado de Georgia, Brian Kemp.
Durante sus seis años en ese cargo, Kemp canceló inscripciones en el censo electoral para más de un millón de residentes en el estado por "inactividad" o error.
Lo que para su oficina era un simple mantenimiento de los censos electorales, para otros, como Abrams, era una táctica de privación del derecho al voto.
Kemp ganó la elección de gobernador por tan solo 50.000 votos.
En su discurso después de la victoria de Kemp (cuyo triunfo no reconoció), Abrams anunció el lanzamiento de una nueva operación destinada a contrarrestar las purgas de votantes que, en su opinión, le costaron la elección.
"Somos una nación poderosa porque está en nuestra naturaleza arreglar lo que está roto", dijo aquella noche.
Dos años después, de cara a las elecciones de 2020, Abrams y una red de organizaciones lograron inscribir a más de 800.000 votantes solo en Georgia.
En enero, esos votantes podrían volver a ser cruciales ya que los dos puestos para el Senado por Georgia se resolverán entonces en una segunda vuelta y determinarán qué partido controla la Cámara Alta.
"[En 2018] Abrams podría haberse replegado y haber dicho: 'Vaya, perdí´", opinó Kristin Hunt en conversación con la periodista de la BBC Chelsea Bailey.
"Pero convirtió la derrota en una victoria y se involucró al máximo, trabajando e intentando mejorar las cosas para ella y para nuestra comunidad".
Para Abrams, el origen de todos estos logros se remonta a aquel incidente en la mansión del gobernador cuando era adolescente.
"No recuerdo haber conocido al gobernador de Georgia", contó Abrams en una charla TED.
"No recuerdo haber conocido a los otros estudiantes talentosos de 180 distritos escolares", prosiguió.
"El único recuerdo claro que tengo de ese día es el de un hombre parado frente al lugar más poderoso de Georgia, mirándome y diciéndome que yo no pertenecía a ese sitio".
"Y por eso decidí, unos 20 extraños años después, ser la persona que conseguiría abrir las puertas".
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