Los líderes demócratas y republicanos en el Congreso estadounidense respondieron rápidamente luego que el presidente declinó comprometerse con una transferencia pacífica del poder si pierde en la de noviembre.

Trump dijo en una conferencia de prensa el miércoles que: “Veremos qué pasa”, en respuesta a una pregunta sobre si respetaría los resultados. “Saben que me he estado quejando muy fuertemente sobre las boletas, y las boletas son un desastre”.

Mitch McConnell

y otros líderes del Partido Republicano no titubearon a la hora de comprometerse con una transferencia pacífica si Trump pierde.

“El ganador de la elección del 3 de noviembre será juramentado el 20 de enero”, dijo McConnell, líder de la mayoría senatorial, en un tuit. “Va a haber una transición ordenada, como la ha habido cada cuatro años desde 1792”.

En el mismo sentido se pronunció el senador Lindsey Graham, uno de los más cercanos a Trump, quien aseguró en una entrevista con la cadena Fox News: "Es posible que haya un litigio sobre quién ha ganado las elecciones, pero el tribunal (Supremo) lo decidirá, y si perdemos los republicanos, aceptaremos ese resultado”.

La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, calificó de “realmente lamentable” que el presidente de siquiera crease esa interrogante. “¿Qué pensarían los fundadores del país?”, preguntó.

“Cálmese, señor presidente”, declaró Pelosi en una conferencia de prensa.

Le recordó a Trump que Estados Unidos no es Corea del Norte, Rusia, Arabia Saudita u otro país con los dictadores que él admira.

“Usted está en Estados Unidos de América. Es una democracia”, aseveró Pelosi. “Así que por qué no trata por un momento de respetar nuestro juramento a la Constitución de Estados Unidos”.

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Añadió que confía en que los votantes en Estados Unidos depositaran sus boletas y elegirán al presidente.

Ningún legislador republicano defendió a Trump.

La representante republicana Liz Cheney, una de las líderes de la minoría en la Cámara de Representantes, tuiteó: “La transferencia pacífica del poder está consagrada en la Constitución y es fundamental para la supervivencia de nuestra República. Los líderes del país prestamos juramento a la Constitución. Nosotros sostendremos ese juramento”.

El veterano senador republicano Richard Shelby, jefe de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias, indicó: “Siempre hemos tenido una transición pacífica del poder. Es uno de nuestros sellos distintivos. Y pienso que este año no será una excepción”.

Es sumamente inusual que un presidente exprese desconfianza en el proceso electoral de la democracia estadounidense. Pero hace cuatro años, Trump se negó a comprometerse a aceptar los resultados electorales si Hillary Clinton, su rival demócrata, ganaba.

A Biden, su oponente demócrata actual, se le preguntó sobre los comentarios de Trump tras llegar a Wilmington, Delaware, el miércoles por la noche.

“¿En qué país estamos?”, preguntó con tono incrédulo, y añadió: “Estoy bromeando. Mira,

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Él dice las cosas más irracionales. No sé qué decirles sobre eso. Pero no me sorprende”.

Trump ha estado manteniendo una campaña contra la votación por correo, tuiteando y hablando críticamente sobre el sistema. Más estados están alentando la votación por correo para mantener a salvo a las personas en medio de la pandemia.

Trump afirmó el miércoles que cree que el resultado de las elecciones acabará en el Tribunal Supremo, y que por eso se está dando tanta prisa para cubrir la vacante que ha dejado en esa corte el fallecimiento de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg.

Preguntado este jueves por el tema en una entrevista radiofónica, Trump matizó que sí estaría "de acuerdo" con una potencial decisión del Supremo que no le certificara como ganador, pero dijo que "queda mucho hasta entonces".

El presidente ha insinuado repetidamente que podría no aceptar el resultado de las elecciones si no se le declara ganador, y ha insistido en que quiere que el vencedor se sepa la misma noche de los comicios, algo improbable debido al gran volumen de votos por correo que se esperan a raíz de la pandemia.

Trump mantiene además una ofensiva contra el voto por correo, al insistir en que ese método -que él mismo ha utilizado- puede favorecer el fraude, algo sobre lo que no ha aportado pruebas y que es extremadamente improbable que ocurra, como han demostrado varios estudios.

lsm/fml

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