El estancamiento republicano en las elecciones de mitad de mandato ya es oficial. Los demócratas han logrado retener el control del Senado de EU.
Cuatro días después de que decenas de millones de estadounidenses acudieran a las urnas, la estrecha victoria de Catherine Cortez Masto en el estado de Nevada la noche del sábado ofrece finalmente un resultado decisivo en la batalla política estadounidense.
Los demócratas lideran ahora 50 escaños contra 49 en la Cámara Alta del Congreso de Estados Unidos.
Ahora incluso si los republicanos ganan en Georgia en la carrera por el Senado, la vicepresidenta Kamala Harris podrá emitir un voto de desempate.
Ese ha sido el caso durante los últimos dos años, por supuesto, y allana el camino para que el presidente Joe Biden pueda pasar dos años más llenando los tribunales federales con sus nominados y dotando de personal a su administración en la manera que le parezca adecuada.
Lo que es más importante, si queda vacante un escaño en la Corte Suprema debido a la jubilación inesperada o la muerte de un juez, los republicanos no podrían bloquear al nominado de Biden.
Los demócratas recuerdan cómo en 2016, el entonces líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, impidió que el candidato de Barack Obama tuviera una audiencia.
La victoria en Nevada significa que la segunda vuelta del Senado de Georgia el 6 de diciembre ya no es una contienda fundamental para determinar el control de la cámara.
Sin embargo, Biden aseguró que "simplemente es mejor" que los demócratas lleguen a 51 escaños.
El colchón adicional ciertamente facilita la gestión de una mayoría y también ayudará en 2024, cuando el partido tendrá más escaños en riesgo que defender.
Todavía existe la probabilidad, aunque no la certeza, de que los republicanos controlen con una pequeña mayoría la Cámara de Representantes, lo que traería dolores de cabeza para el presidente.
Su agenda legislativa está muerta y le espera una supervisión republicana más agresiva, pero incluso en eso podría haber algo positivo si sus oponentes políticos no pueden gobernar de manera efectiva debido a la discordia interna.
Las consecuencias de este resultado electoral de mitad de período que desafía la historia aún se están revelando.
El futuro político de Donald Trump ha sufrido un daño, aunque queda por ver qué tan duradero será. Mientras tanto, la posición de Joe Biden dentro de su partido se ha reforzado.
Lo cierto es que el mundo político en EE.UU. ahora se muestra considerablemente diferente al de hace apenas una semana.
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