Los británicos votan este jueves en unas elecciones legislativas en las que los laboristas liderados por Keir Starmer pueden obtener, según las encuestas, la mayoría absoluta y terminar con 14 años de gobiernos conservadores.
Los centros de votación abrieron a las 07H00 locales (06H00 GMT) y cerrarán a las 22H00 (21H00 GMT), cuando se conocerán los primeros sondeos a pie de urna, a la espera del resultado oficial en la madrugada del viernes.
El primer ministro conservador, Rishi Sunak, de 44 años, pareció asumir en los últimos días la derrota, pidiendo votos que eviten una "supermayoría" laborista.
La formación de Starmer, de 61 años, se haría, según los sondeos, con más de la mitad de los escaños de la Cámara de los Comunes, en unos comicios en los que se elige a 650 diputados, en representación de cada una de las circunscripciones del Reino Unido.
Durante la campaña electoral, Starmer se ha mantenido con ventajas cercanas a los 20 puntos porcentuales respecto a Sunak.
"Necesitamos parar la supermayoría laborista", escribía Sunak el miércoles en Instagram, admitiendo implícitamente su derrota.
De este modo, el Partido Conservador, inmerso en luchas intestinas y sumido en una profunda crisis, con tres primeros ministros en menos de dos años, tendrá como objetivo evitar una debacle histórica.
El último sondeo del instituto YouGov concedía el miércoles 431 escaños al partido de Starmer, un récord en elecciones ganadas por los laboristas, superando la marca de Tony Blair, que logró 418 en 1997.
Tanto Sunak como Starmer votaron en sus circunscripciones respectivas.
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El miedo a una derrota sonrojante hizo que el exprimer ministro conservador Boris Johnson, un personaje con mucho gancho entre los votantes de los tories, hiciera su primera aparición en la campaña electoral el martes, a dos días de los comicios.
Alguna encuesta puso en duda incluso que Sunak gane el escaño de su circunscripción, en el norte de Inglaterra, algo que nunca le ha ocurrido a un jefe de gobierno.
El todavía primer ministro llegó al cargo en octubre de 2022 tras un desastroso mandato a nivel económico, de apenas 49 días, de Liz Truss, que había sustituido a Boris Johnson, envuelto en el escándalo de las fiestas en su residencia oficial durante el Covid.
Sunak destacó en la campaña que redujo la inflación del 11% al 2% interanual en los menos de dos años que lleva en el cargo.
Pero el electorado conservador parece desencantado con los tories.
El Brexit en 2020 y sus consecuencias para la economía británica, el covid y el aumento del costo de vida han incidido en la caída conservadora.
Por su parte, al laborista Starmer parece haberle dado resultado el hecho de acercar a su partido hacia posiciones más de centro tras la derrota en las elecciones de 2019 de su antecesor, Jeremy Corbyn, de corte más izquierdista.
"Me desperté pensando que podría haber un cambio de aire, aunque no estoy muy segura", declaró a AFP Ianthe Jacob, una escritora de 32 años.
"Realmente siento que todo ha ido mal en este país", confió a la salida de un colegio electoral en el este de Londres. "¿Cómo es posible que un país desarrollado haya terminado así?", preguntó.
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Como tercera posible fuerza en porcentaje de votos en estas elecciones aparece el partido de extrema derecha Reform UK, de Nigel Farage, uno de los impulsores del Brexit.
Farage, que fracasó en siete ocasiones en hacerse con un escaño, puede hacer perder diputados al Partido Conservador.
Algunas encuestas colocan a Farage con porcentajes que oscilan entre el 15 y el 17% total de votos, cerca de las cifras que se auguran para los conservadores.
Pese a todo, Reform UK obtendría muchos menos diputados que los conservadores, e incluso que el Partido Liberal Demócrata, debido al sistema electoral británico, donde el escaño de cada circunscripción va al partido ganador.
Sunak, con las encuestas desfavorables, buscó votos acusando repetidamente a Starmer de que subirá los impuestos.
"No habrá ningún aumento del impuesto sobre la renta, la seguridad social o el IVA", replicó esta semana Starmer, que en su campaña destacó que solo subirá las tasas a ciertos contribuyentes, entre ellos escuelas privadas o empresas del sector de hidrocarburos, pero no a los trabajadores.
Starmer, con los sondeos favorables, mantuvo un perfil bajo, prometiendo una gestión cautelosa de la economía, en un plan de crecimiento a largo plazo que incluye potenciar los criticados servicios públicos, en particular la sanidad.
"Lo importante es hacer crecer la economía y crear riqueza", dijo Starmer, que carece del carisma de Blair, quien también terminó con 18 años de gobiernos conservadores en 1997.
mcc