Expuesto a los riesgos de improvisar en un discurso público, Alberto Fernández desató una controversia que ya rebota fuera de las fronteras cuando dijo delante de su colega Pedro Sánchez:
“Escribió alguna vez Octavio Paz que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos en los barcos de Europa. Así construimos nuestra sociedad”.
Las reacciones empezaron a acumularse por el costado negativo hacia dos pueblos latinoamericanos que subyacía en la expresión, con la que el Presidente intentaba empatizar con el invitado español. Pero además de la inconveniencia diplomática resaltan dos hechos concretos: ni Octavio Paz lo escribió en su obra conocida ni la expresión que se le atribuye al poeta ganador del Premio Nobel incluye la palabra “indios” ni hace referencia a los “brasileños” que “salieron de la selva”.
La frase, un viejo lugar común que fue cayendo en desuso por resultar hiriente para los pueblos originarios, tiene al menos dos registros bibliográficos conocidos. El primero de ellos no tiene que ver con Paz sino con otro escritor mexicano; Carlos Fuentes .
Durante años hacía alusión en entrevistas a la idea de los argentinos como “descendientes de los barcos”, pero en el 2000 arrancó así el prefacio de Los cinco soles de México , una selección de textos de su extensa obra literaria y ensayística: “Recientemente, un periodista nos preguntó a un grupo de mexicanos: ‘¿Cuándo empezó México?’ Un tanto perplejo, consulté mi respuesta con un amigo argentino, toda vez que la Argentina es, en América Latina, el polo opuesto de México, tanto geográfica como culturalmente. Mi amigo, el novelista Martín Caparrós, me contestó primero con el famoso chiste: ‘Los mexicanos descienden de los aztecas. Los argentinos descendimos de los barcos’. Y es cierto: el carácter migratorio reciente de la Argentina contrasta con el perfil antiquísimo de México. Pero Caparrós me dijo algo más: ‘La verdadera diferencia es que la Argentina tiene un comienzo, pero México tiene un origen”.
O sea que antes de Paz fue Fuentes citando a Caparrós, citando un dicho popular. O más bien: un “viejo chiste”, que de tan viejo estaba en una canción de Lito Nebbia de 1982, “Llegamos de los barcos” (del disco Lito Nebbia & los Músicos del Centro). A Fernández se le mezclaron los autores: la cita que recordó se parece más a la versión de su músico favorito, que decía: “Los brasileros salen de la selva / los mejicanos vienen de los indios / pero nosotros los argentinos / llegamos de los barcos / pero nosotros los argentinos / llegamos de los barcos”.
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¿Pero entonces Octavio Paz no tiene nada que ver con esto?
Quien por primera vez lo ubica al genial poeta de la Ciudad de México en esta historia fue Marcos Aguinis, en su libro El atroz encanto de ser argentinos , publicado por primera vez en 2001. En la página 53 de su primera edición, el autor refiere a ese dicho expresado “como broma” por Octavio Paz para describir el impacto de la migración europea en la sociedad argentina.
“Hubo varios países de perfil inmigratorio, pero en ninguna otra parte el aluvión produjo un impacto tan intenso como en el nuestro. Debemos recordarlo y valorarlo. El balance con la población original sufrió un vuelco sin precedentes. Estados Unidos parecían el receptor más activo del planeta, pero allí, hacia 1914, había un extranjero y medio por cada diez habitantes, mientras que en la Argentina ya eran tres por cada diez: ¡el doble! Por eso es justa la broma de Octavio Paz, que dijo ‘los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos...de los barcos’”. Aquí aparecen los peruanos, pero no los brasileños (el país donde más impacto negativo ha tenido en los medios la difusión de las declaraciones de Fernández).
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Desde entonces la ocurrencia circula como una cita alternativamente atribuida a Paz o a Fuentes, ambos mexicanos.
El Presidente intentó poner fin a la polémica con dos mensajes en su cuenta de Twitter, con datos para justificarse: “Se afirmó más de una vez que ‘los argentinos descendemos de los barcos’. En la primera mitad del siglo XX recibimos a más de 5 millones de inmigrantes que convivieron con nuestros pueblos originarios. Es un orgullo nuestra diversidad”. Y añade: “A nadie quise ofender, de todas formas, quien se haya sentido ofendido o invisibilizado, desde ya mis disculpas”.
Nada dijo de los brasileños ni los mexicanos. Tampoco aclaró el origen histórico de la frase que lo metió en problemas y que, para usar sus palabras, “invisibilizó” al menos en términos mediáticos su reunión bilateral con Pedro Sánchez.
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