Ciudad del Vaticano.— El papa emérito Benedicto XVI, que falleció el sábado a los 95 años, será despedido por los fieles y por su sucesor, Francisco, durante esta semana, con una capilla ardiente de tres días y un funeral solemne en la plaza de San Pedro.
Ayer se dieron a conocer lo que fueron las últimas palabras del Papa emérito: “Señor, te amo” en italiano, de acuerdo con lo que relato uno de los enfermeros que lo atendían aquella noche.
El enfermero así se lo ha relatado al secretario personal de Ratzinger, monseñor Georg Gänswein, según recoge el medio de la Santa Sede, Vatican News.
“Hoy encomendamos a la Santísima Madre al amado papa emérito Benedicto XVI para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”, dijo Francisco en la solemne misa del primero del año en la basílica de San Pedro.
“Nos unimos todos juntos, con un único corazón y una única alma, al dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”, reiteró durante el ángelus el argentino.
Capilla ardiente de tres días
Los ritos empiezan este lunes, cuando los restos del Pontífice alemán sean expuestos en una capilla ardiente de tres días en la basílica de San Pedro a partir de las 9:00 horas locales.
La basílica permanecerá abierta por 10 horas el lunes, pero el martes y el miércoles los fieles podrán pasar ante el cuerpo del papa difunto desde las 7:00 y hasta las 19:00 horas locales.
El jueves su sucesor, Francisco, presidirá el funeral en la plaza de San Pedro, ante la presencia de fieles y delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania.
Después, el cuerpo del teólogo será inhumado en la cripta bajo la basílica de San Pedro.
Este rito funerario ha suscitado un gran interés ya que El Vaticano aún no ha regulado un protocolo a seguir en caso de la muerte de un “Papa emérito”, ya que Benedicto XVI fue el primero en renunciar desde tiempos de Gregorio XII, hace seis siglos.
No serán unas exequias pontificias “normales”, de hecho no irán seguidas por un cónclave para elegir un nuevo Papa. Entre otras cosas, el cuerpo de Ratzin ger no será llevado en procesión por la plaza como se hizo con Juan Pablo II, según el portavoz Matteo Bruni.
Bruni tampoco aclaró si se proclamarán las llamadas “novendiales”, es decir, el periodo de luto de nueve días en la Iglesia.
Mientras, Ratzinger reposa en una estancia decorada con un nacimiento y un árbol de Navidad en el monasterio Mater Ecclesia, el lugar en el que falleció el sábado, y donde residía retirado desde su histórica renuncia.
Benedicto XVI vestía los paramentos pontificios, la casulla o manto roja (color de luto papal) sobre la túnica blanca, así como la mitra sobre su cabeza.
En cuanto a su lugar de sepultura dentro de la cripta, se baraja que ocupe la tumba en la que reposo su antecesor, Juan Pablo II, cuyo cuerpo fue después trasladado a la superficie de la basílica, desde 2011, bajo el altar de la capilla de San Sebastián. Pero “no es oficial”, puntualizó Bruni.
Todo estará eso sí supervisado por Francisco, que cumple 10 años en el pontificado como sucesor de Benedicto XVI
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