El movimiento populista ANO del millonario Andrej Babis -conocido como el " Trump checo "- encabeza con claridad las elecciones legislativas checas , por delante del partido de extrema derecha SPD , antimigración y anti-UE, según resultados parciales de la elección marcada por la inquietud sobre la futura orientación del país.

ANO, que hace campaña sobre la lucha contra la corrupción, contra la acogida a migrantes y contra la zona euro, obtiene 31,69% de votos, una vez escrutados el 63% de los colegios electorales.

El SPD del checo-japonés Tomio Okamura llega en segundo lugar con 11,58%, seguido por la derecha ODS con 10,29%. El partido socialdemócrata CSSD del jefe de gobierno saliente, Bohuslav Sobotka, registra una brutal caída y es sexto con 7,85% de votos, según esos resultados parciales.

Otras cuatro formaciones superan el umbral del 5%: el Partido pirata (antisistema) con 9,85%, el Partido Comunista KSCM con 8,51%, los cristianodemócratas KDU-CSL con 5,913% y el movimiento STAN (agrupación de alcaldes independientes y personalidades regionales) con 5,04%.

El politólogo Michal Klima, de la Universidad Metropolitana de Praga, comentó al canal público CT24 que si el movimiento del millonario Babic gana las elecciones con esta ventaja "podrá escoger cuatro o cinco otros partidos o podrá incluso crear una coalición con dos formaciones" para gobernar.

ANO y el SPD podrían sumar 108 escaños en la Cámara Baja, que cuenta con 200 bancas, según estos resultados.

El primer ministro socialdemócrata saliente, Bohuslav Sobotka , expresó este sábado su inquietud sobre las relaciones con Occidente con la nueva situación política en el país.

"Las elecciones van a decidir la orientación de nuestro país, si seguiremos siendo miembros de la Unión Europea y de la OTAN, si se refuerzan esos extremistas que buscarán sacarnos de esas estructuras que garantizan nuestra seguridad, nuestra estabilidad y nuestra prosperidad", dijo después de votar.

El euroescepticismo, con distintos grados, parece ser por tanto el denominador común de varios partidos checos en liza.

El que va más lejos en ese sentido es el partido de extrema derecha SPD del checo-japonés Tomio Okamura . Este último, firme opositor a la integración europea y la inmigración, aprovecha una corriente de opinión presente en toda Europa del Este.

Pero según Pavel Saradin, analista de la universidad Palacky de Olomouc, el ingreso del SPD en el futuro gobierno de coalición es "poco probable".

Babis, de 63 años, fundador del gigante agroalimentario, químico y mediático Agrofert, hizo campaña sobre la lucha contra la corrupción y prometió a los checos "una nueva etapa" y una atención mayor "a los verdaderos problemas de la gente".

Pero con siete partidos que podrían superar el umbral de elegibilidad de 5%, la configuración de la futura coalición que deberá formar Babis es difícil de prever.

Más aún teniendo en cuenta que algunos partidos políticos supeditaron su participación en una alianza a la renuncia de Babis, el fundador y carismático dirigente del ANO, a ser primer ministro. Una condición que el líder populista no tiene ninguna intención de aceptar.

GRUPOS SOCIALES DESFAVORECIDOS

Babis reiteró la víspera de los comicios su oposición a la acogida de migrantes y a la zona euro, aunque no defendió una salida de la Unión Europea, en la que su país ingresó en 2004 sin ceder su moneda nacional, la corona.

A pesar de la buena salud de la economía checa, que registró en septiembre una tasa de desempleo de 3,8% y prevé un crecimiento de 3,6% este año, hay grupos sociales en la República Checa relativamente desfavorecidos y fuertemente endeudados, que acusan a las elites políticas tradicionales de ser responsables de su situación. Muchos de ellos apoyan a Babis.

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