Los Ángeles.- Un nuevo temblor de magnitud 4.9 volvió a sacudir este viernes el sur del estado de California, en Estados Unidos, justo una semana después del sismo de magnitud 7.1 que pudo sentirse en la ciudad de Los Ángeles y otras localidades cercanas.
El movimiento registrado esta madrugada es el más intenso de los casi mil temblores de menor grado que se han producido esta última semana, como réplicas de los sismos de magnitud 6.4 y 7.1 de la semana pasada, indicó el Servicio Geológico estadounidense.
Ni el temblor de este viernes ni los anteriores dejaron víctimas, de acuerdo con las autoridades californianas, que recordaron, no obstante, que esos sismos suponen dos de los movimientos telúricos más importantes que ha sufrido California en las últimas décadas.
El epicentro de todos los temblores se ha registrado en los alrededores de Ridgecrest, una ciudad de unos 29 mil habitantes situada 250 kilómetros al norte de Los Ángeles y que ya fue el punto de origen del conocido como "terremoto del 4 de julio", puesto que ese sismo coincidió con el Día de la Independencia de Estados Unidos celebrado la pasada semana.
Desde entonces, la región ha sufrido una media de un temblor por minuto, 70 de los cuales han superado magnitudes de 4 en la escala Richter aunque la gran mayoría han sido de intensidad mínima, de acuerdo con los servicios geológicos.
Los expertos ya habían adelantado tras el "terremoto del 4 de julio" que era probable que hubiera réplicas de la misma magnitud o incluso temblores más fuertes.
"¿Saben cuando decimos que hay una posibilidad entre 20 de que a un terremoto le siga algo más potente? Esta es esa vez", afirmó en Twitter la sismóloga Lucy Jones, que trabaja para el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y es una eminencia en el estudio de temblores.
El sismo más trágico de la historia reciente y que todavía permanece en la memoria de muchos californianos fue el de 1994 en Northridge, de magnitud 6,7 en la zona metropolitana de Los Ángeles, que dejó 57 muertos, miles de heridos y numerosos daños materiales.
Las autoridades y expertos en sismos llevan mucho tiempo alertando sobre el "Big One", que es como se conoce a un hipotético y posible gran terremoto que se originaría en la falla de San Andrés y que podría tener gravísimas consecuencias en California.