San José.— El Salvador y Honduras fustigaron ayer la decisión de Estados Unidos de usar la violencia contra centenares de miembros de la caravana migrante que el domingo intentaron pasar a suelo estadounidense.

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo que como “también existe ya la evidencia del uso de balas de goma” en los disturbios, la información en su poder es que ese ataque fue desplegado “con el objetivo de querer marcar a la gente”.

Sin dar detalles sobre la intención de “marcar” a las personas, reafirmó que “es un ambiente muy hostil”.

“Condenamos” el uso de balas de goma, denunció la cancillería de Honduras, sin mencionar específicamente a EU.

Unos 500 migrantes, principalmente hondureños, trataron de entrar a Estados Unidos el domingo, pero fueron repelidos con gases lacrimógenos y, de acuerdo con versiones no confirmadas, también se habrían utilizado balas de goma.

En El Salvador, la vicecanciller Liduvina Magarín adujo que aunque parece que ningún salvadoreño fue herido, “el uso excesivo de la fuerza” y de balas contra los migrantes tienen “un total rechazo” y pidió defender los derechos humanos. Aclaró que su gobierno respeta las decisiones de EU, pero rechaza “todo lo que atente contra la vida de las personas”.

Un total de 63 mil 820 hondureños regresaron a su país deportados en los primeros 10 meses de 2018, 60% más que los 39 mil 884 repatriados en el mismo periodo de 2017, informó ayer el Observatorio Consular y Migratorio de Honduras.

Precisó que EU deportó entre enero y octubre a 25 mil 183 hondureños, entre ellos 206 menores.

***Con información de EFE

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